La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha fallado de forma favorable a la solicitud de los Estados Unidos de imponer una serie de aranceles en compensación a las ayudas europeas recibidas por Airbus. En concreto, la OMC autoriza a que Estados Unidos imponga aranceles valorados en 7.500 millones de dólares a productos europeos. Una cantidad sensiblemente inferior a los 11.000 que solicitó inicialmente.
La decisión otorga al gobierno de Donald Trump el derecho de recaudar esta cantidad contra las importaciones de bienes europeos. Ahora será el turno de que, desde Estados Unidos, detallen la lista de los productos gravados y la cuantía de los aranceles impuestos.
De hecho, el gobierno americano ya ha dicho que el próximo 18 de octubre comenzará a gravar los productos europeos.
En una lista preliminar anunciada hace unos meses, los productos afectados por esta medida no se limitaban a los fabricados por Airbus. El listado contenía aviones y helicópteros, pero también productos que nada tienen que ver con la disputa, como tractores, consolas de videojuegos, tabaco, cítricos, quesos, pescado congelado o un artículo tan icónicamente estadounidense como el kétchup.
Estados Unidos cuenta ahora con libertad total para, escudándose en la decisión de la OMC, tomar decisiones en contra de cualquier bien importando de la Unión Europea. "Comenzaremos a imponer aranceles aprobados por la OMC a ciertos bienes de la UE a partir del 18 de octubre", informó en un comunicado el jefe de Comercio Exterior del país, Robert Lighthizer.
Una medida que, inicialmente, supondrá un sobrecoste del 10% en las importaciones de aviones comerciales y un 25% a una serie de productos agrícolas.
Se da la paradoja de que durante los próximos seis meses la OMC tiene que fallar en un proceso similar contra los Estados Unidos por las ayudas otorgadas a Boeing. Una denuncia que desde fuentes europeas cuantifican entre 10.000 y 12.000 millones de dólares. Un proceso que dura ya 14 años y que no encontrará su final en esta decisión de la OMC.
Respuesta de la Unión Europea
Nada más conocer el dictamen desfavorable de la OMC, la Unión Europea ha pedido al presidente de Estados Unidos que congele los aranceles punitivos contra los productos comunitarios y se siente a negociar una solución pactada. "Optar por aplicar represalias ahora sería una actitud corta de miras y contrapruducente", ha dicho la comisaria de Comercio, la liberal sueca Cecilia Malmström.
El Ejecutivo comunitario le recuerda a Trump que la OMC también ha declarado ilegales las subvenciones del Gobierno norteamericano a Boeing y que en los próximos meses autorizará también a la UE a adoptar represalias contra los productos estadounidenses. Disparar un arsenal de sanciones cruzadas no beneficiaría a nadie, sostiene Malmström.
Sin embargo, en Bruselas todo el mundo está convencido de que Trump no va a detenerse y aprovechará el fallo de Ginebra para desencadenar una guerra comercial total contra la UE. Todos los intentos de diálogo han acabado en fracaso.
Los negociadores europeos presentaron el pasado julio un plan al Gobierno estadounidense para acotar las subvenciones a los gigantes aeronáuticos que cubriría no sólo a Airbus y Boeing sino también a los fabricantes emergentes en China y Rusia. Pero en Washington no han mostrado ningún interés por esta iniciativa.
"Nuestra disposición para encontrar un acuerdo justo no ha cambiado. Pero si Estados Unidos decide imponer las represalias autorizadas por la OMC, estará empujando a la UE a una situación en la que no tendremos otra alternativa que hacer lo mismo", ha dicho Malmström. De momento, Bruselas ya ha elaborado una lista de productos norteamericanos por valor de 20.000 millones de euros a los que podría imponer aranceles punitivos cuando se lo autorice la OMC como castigo por las subvenciones de EEUU a Boeing.
Los recargos arancelarios europeos podrían llegar hasta el 100%. La amenaza de guerra comercial entre la UE y EEUU alcanza así niveles máximos justo cuando la economía de la eurozona empieza a dar signos claros de frenazo.
Airbus toma nota
Airbus ha anunciado en un comunicado que "toma nota de la decisión de la OMC con respecto al nivel de contramedidas que autoriza a los Estados Unidos a imponer a los productos de la UE Si el Representante de Comercio de los Estados Unidos opta por imponer aranceles a la importación de aeronaves y a componentes de aeronaves, esto creará inseguridad no solo para la industria aeroespacial, sino también para la economía global en general. Sin embargo, todavía es evitable".
En la misma línea el CEO de Airbus, Guillaume Faury, declaró que Airbus continuará "trabajando con sus socios, clientes y proveedores de EEUU para abordar todas las posibles consecuencias de tales aranceles que serían una barrera contra el libre comercio y tendrían un impacto negativo no solo en las aerolíneas estadounidenses sino también para el empleo en EEUU".
El mandatario ha dejado una puerta abierta a encontrar una solución: "Airbus tiene la esperanza de que Estados Unidos y la UE acuerden encontrar una solución negociada antes de crear daños graves a la industria de la aviación, así como a las relaciones comerciales y la economía global ".
Ahora la pelota está en el tejado de la Administración Trump. Durante las próximas semanas el mandatario estadounidense deberá pronunciarse pare desvelar cómo va a utilizar los derechos otorgados por la OMC. Una decisión que tendrá importantes consecuencias a ambos lados del Atlántico.