Diversificación, gestión pasiva, renta fija, renta variable, interés compuesto… ¿Cuántos españoles sabrían explicar en qué consisten estos términos financieros? Según un estudio del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el 46% de la población española reconoce tener unos conocimientos financieros bajos o muy bajos.
Por regla general, son los hombres de una cierta edad, de clase social alta, con estudios superiores y un empleo con altos ingresos aquellos que mejor controlan la terminología financiera, pero el nivel de conocimientos de la sociedad española en su conjunto respecto a esta materia lleva años por debajo de la media de los países de la OCDE.
Así lo reflejan los datos de la Red Internacional de Educación Financiera, impulsada por este organismo internacional, que se encarga de medir los conocimientos, actitudes y comportamientos financieros de la población mayor de edad. Adicionalmente, a través del Informe PISA (Programme for International Student Assessment) se evalúan las competencias financieras de los jóvenes de 15 años, y nuevamente en este caso el nivel de los españoles es inferior a la media: uno de cada cuatro apenas sabe nada de finanzas.
El dato es preocupante, dado que las finanzas personales son una faceta clave de nuestra vida como adultos, y de ellas depende en gran medida nuestro futuro bienestar personal y social. Por ello, adquirir conocimientos financieros desde la juventud es clave para poder planificar bien el ciclo de vida y tomar decisiones adecuadas el día de mañana, cuando ese joven se enfrente a la necesidad de contratar una hipoteca o invertir en un plan de pensiones.
Por ello, la propia OCDE es partidaria de introducir una asignatura de finanzas en la formación reglada de los jóvenes. Son varios los expertos que defienden la introducción progresiva de conceptos financieros básicos desde la Educación Primaria hasta el momento en que ese joven deba acceder al mercado laboral.
En algunos países, como Alemania e Irlanda, desde Primaria existe una asignatura de Economía Doméstica que ayuda a los alumnos a finalizar la Educación Secundaria Obligatoria con una base mínima de conocimientos necesarios para la vida. Por otro lado, en el ámbito anglosajón la enseñanza de la asignatura de Economía en los colegios tiene un enfoque mucho más pragmático, mientras que en España se centra en un planteamiento más teórico y de carácter macroeconómico.
Tener conocimientos de finanzas es necesario para poder afrontar a lo largo de nuestra vida las circunstancias económicas de los nuevos tiempos, en los que necesitaremos cada vez más tener la capacidad de planificar nuestro futuro. Incluso, la Asociación Española de Banca describe la educación financiera como una herramienta fundamental para luchar contra la pobreza, reducir desigualdades, fomentar la igualdad de género y alcanzar una mayor salud y bienestar.
Con el fin de impulsar este conocimiento entre la población española, desde 2008 la CNMV y el Banco de España impulsan el Plan Nacional de Educación Financiera, que incluye el desarrollo de herramientas como el portal www.finanzasparatodos.es, donde los ciudadanos pueden encontrar contenidos de utilidad para adquirir conocimientos que le sirvan para adoptar decisiones financieras adecuadas.
La tecnología, aliada del conocimiento
Por otro lado, la irrupción de la tecnología en el sector de las finanzas también está beneficiando a la sociedad en este sentido. Hasta ahora sólo las personas con un elevado poder adquisitivo e importantes patrimonios, que eran las que más sabían de finanzas, tenían a su disposición la posibilidad de recibir un asesoramiento financiero personalizado. Sin embargo, ahora, gracias a los robo-advisors y las empresas fintech en general, este servicio está al alcance de cualquier persona con unos mínimos ahorros; un perfil que, con frecuencia, entra dentro de los que carecen de conocimientos financieros.
De este modo, hacer asequible a cualquier bolsillo la posibilidad de invertir con un fundamento profesionalizado para poder planificar adecuadamente el futuro, es también una forma de democratización, de inclusión y de igualdad de oportunidades.
Además de asesorar en cuanto a planes, fondos y carteras, muchos de estos robo-advisors tienen un marcado carácter pedagógico, y se preocupan también por proporcionar a sus clientes una formación práctica y una serie de recomendaciones de cómo comportarse —y, sobre todo, por qué— en las fluctuaciones de los mercados.
Nuestro modelo socioeconómico ha cambiado: la estabilidad laboral es más bien efímera, el futuro de las pensiones no se ve con nitidez… Los españoles tenemos que concienciarnos de la importancia de adquirir hábitos de ahorro y de la necesidad de intentar rentabilizar al máximo nuestro patrimonio. Y para ello, además de la ayuda de la tecnología debemos contar con una cultura financiera que nos permita jugar bien nuestras cartas.
Borja Nieto, cofundador de Micappital