MásMóvil anunció la semana pasada un acuerdo con Orange para compartir redes 5G y la ampliación del contrato de uso de redes de la operadora francesa hasta 2028, prorrogable por cinco años más. Un pacto que les garantiza, probablemente, para los próximos quince años el acceso de la compañía dirigida por Meinrad Spenger a otros 5,2 millones de hogares pasados por la compañía presidida por Laurent Paillasot.
Un acuerdo que no ha sentado nada bien en el sector y que resucita los viejos fantasmas de la compartición de redes, una de las claves del éxito comercial de MásMóvil, según sus detractores. En palabras de otras operadoras del mercado este tipo de acuerdos les permite mantener precios bajos ya que no incurren en costes de despliegue de red y solo las alquilan.
Un acuerdo que se ha cerrado además en momentos en que Euskaltel prepara su despliegue a nivel nacional, precisamente con Orange como socio preferente. Desde comienzos de año, la compañía vasca ya realizó sus primeros despliegues en Cataluña, Navarra; Cantabria, León y La Rioja y siempre con red de la compañía francesa.
De hecho, en diferentes encuentros con prensa y con analistas, desde Euskaltel se ha dejado claro que Orange es su partner para realizar despliegues en las zonas que estimen necesarias.
Euskaltel ¿quinto operador?
La compañía vasca, de la mano de la nueva gestión de José Miguel García ha manifestado su interés de convertirse en el quinto operador nacional, a base de ofertas más agresivas que puedan recordar a los comienzos de MásMóvil, algo que “no sería una buena noticia para el sector”, reconocen fuentes de otras operadoras.
Las críticas apuntan a que Orange se ha convertido en el principal valedor de la apuesta de MásMóvil, reforzándoles con este nuevo acuerdo como el cuarto operadora del mercado, y podría ser el ‘padrino’ de un posible quinto operador nacional como Euskaltel. Dos compañías que podrían seguir recorridos muy similares, apuntalando su lanzamiento en el bajo coste de sus productos y en los reducidos gastos de no utilizar una red propia.
“Se están dando un tiro en el pie”, dice un exdirectivo del sector ya retirado de la primera línea. Y es que, según apunta, MásMóvil es hoy por hoy, más fuerte que Orange en captación de clientes nuevos, lo que les ha obligado a reducir sus márgenes, tener promociones más agresivas y gastarse más dinero en contenidos como el fútbol.
MásMóvil se defiende indicando que su inversión es cada vez más relevante. En concreto, la inversión en fibra en el primer semestre fue de 105 millones de euros del total de 234 millones invertidos. Esto hace que tenga acceso a ofrecer sus tarifas en 19,8 millones de hogares, siendo 7,6 millones de hogares de fibra propia y otros 12 millones de Orange.
MásMóvil gana más clientes que Orange
Con todo, los datos de la CNMC indican que entre julio del año pasado y julio de 2019, MásMóvil ganó 478.000 clientes de banda ancha fija (la del hogar) y otros 992.000 en banda ancha móvil. Por el contrario, Orange se dejó 8.600 clientes fijos y otros 102.000 móviles. MásMóvil tiene 8,3 millones de clientes totales, aún lejos de los 16 millones de Orange en móviles y los 4,1 millones en fijo, pero gana terreno a pasos agigantados.
“No creo que ganen muchísimo más dinero por alquilarles sus redes, pero es seguro que comercialmente no están saliendo bien parados”, dice otra fuente en activo, pero que ya no trabaja en una operadora. “Cuando se den cuenta de lo que están haciendo será quizás demasiado tarde”, agregan.
MásMóvil firmó su primer gran acuerdo con Orange en 2017, que le permitió el uso de su red de fibra en zonas competitivas. Esto posibilitó que el operador amarillo pudiese ofrecer sus paquetes convergentes a bajo precio gracias a que no realizó una gran inversión en su primera etapa de despliegue comercial.
¿Nueva guerra comercial?
Fue el comienzo del boom de la operadora amarilla que ha pasado de 4,8 millones de clientes en el primer semestre del 2017 hasta los actuales 8,3 millones. Es, además, la única que gana clientes de manera consistente durante los dos últimos años.
Pero el temor ya no es solo MásMóvil. En el mercado están convencidos de que cuando Euskaltel se decida a realizar su lanzamiento nacional para convertirse en el quinto operador, tendrá la puerta abierta de Orange y las mismas facilidades que ha dado a MásMóvil. Con esto, de paso, -dicen sus críticos- terminaría de reventar el mercado por segunda vez y sería el soporte de una nueva y dura guerra comercial, cuando el sector todavía no se ha recuperado de la irrupción de MásMóvil.
Estas voces críticas esperan la operadora naranja rectifique y sea algo más restrictiva con una eventual despliegue nacional de Euskaltel, de lo contrario -dicen- estaríamos ante un mercado en el que los márgenes se reducirían al mínimo y en los que sería imposible mejorar los ingresos al ritmo que exigen las nuevas inversiones del sector.