El 2019 no está siendo uno de los mejores años para IAG. El endurecimiento del brexit y los malos resultados que lleva arrastrando todo el ejercicio, que conllevaron el anuncio de un profit warning el pasado 27 de septiembre, han hecho perder al holding que engloba Iberia, British Airways, Vueling, Level y Air Nostrum 3.095 millones de euros desde enero.
Todo eso está haciendo que el grupo no levante cabeza y así lo refleja su cotización en bolsa ya que en lo que va de año ha perdido un 23,22% de su valor, pasando de costar sus acciones 6,68 euros en la primera jornada del año a los 5,10 euros con los que cerró el parque este miércoles.
Sin embargo, esta mala racha que vive la empresa contrasta con el satisfactorio inicio del ejercicio, en el que reinaban los aumentos en bolsa. Esta tendencia se mantuvo hasta finales del mes de febrero, cuando la Unión Europea le dio una prórroga de seis meses para reestructurar su accionariado de cara al brexit y poder así operando en Europa. En esos casi dos meses, el valor de la empresa había aumentado un 11,83%.
A partir de esa fecha todo fue cuesta abajo. El grupo empezó a registrar caídas continuas que llegaron a superar el 39% en el acumulado hasta el 31 de julio, cuando el Parlamento presentó el plan de Boris Johnson para un brexit sin acuerdo.
Tras esa fecha, la empresa retomó la senda del crecimiento debido a la ley que impide una salida de la Unión Europea caótica, pero este ascenso no ha sido lo suficientemente elevado como para recuperar todo lo perdido durante los seis meses anteriores.
Es más, esa recuperación supone 1.000 millones de los 4.000 perdidos hasta esa fecha. Y es que los vaivenes políticos no ayudan ya que se acerca la fecha límite para lograr un pacto para el brexit, previsto para el 31 de octubre, y el Gobierno británico asegura que la salida del país de la Unión Europea se llevará a cabo haya pacto o no.
La duda de la europeidad
Y es que el brexit es uno de los factores que más está afectando al grupo de lineas aéreas debido a las interrogantes que azotan a Bruselas sobre la europeidad de la empresa. Según las normas comunitarias, la propiedad y el control de una compañía aérea de la UE debe estar mayoritariamente (es decir, más del 50%) en manos de accionistas europeos.
Tras el brexit, los accionistas británicos dejan de contar como europeos y Bruselas tiene dudas de que las aerolíneas españolas del grupo IAG puedan continuar cumpliendo este requisito.
Unas dudas con las que el holding no está de acuerdo, ya que este repite constantemente que cumple los requisitos de la UE. Para ello, alega que aunque IAG posee todos los derechos económicos de Iberia, solamente controla el 49,9% de los votos mientras que el 50,1% restante está en manos de Granair, una empresa propiedad de El Corte Inglés. Es decir, que el control mayoritario de la empresa estaría en manos españolas tras el la salida del país de la UE. Es más, incluso ha tomado medidas en el asunto y ha limitando al 47,5% sus accionistas no comunitarios
La última vez que el grupo defendió públicamente la europeidad de Iberia fue en la junta de accionistas, cuando su presidente, Antonio Vázquez, explicó que la empresa ha presentado sus planes de acción ante las autoridades aéreas de España, Irlanda, Francia y Austria y que estos cumplen con la normativa aplicable sobre propiedad y control de la Unión Europea. Unos planes que, tras recibir la confirmación de los reguladores de estos países, ha presentado a la Comisión Europea, quien tendrá la última palabra y podría exigir medidas adicionales si cree que no son suficientes.
Profit warning
Pero el brexit no es el único asunto que ha hecho perder valor a la empresa. El otro factor es el profit warning de 215 millones de euros anunciado a finales de septiembre.
El 27 de ese mes, el grupo comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que su beneficio operativo, antes de partidas excepcionales, se situaría 215 millones por debajo de los 4.375 millones, en términos proforma, de 2018.
En ese mismo comunicado, la aerolínea había cifrado en 137 millones de euros el impacto financiero neto de la huelga de pilotos llevada a cabo en septiembre en British Airways y que llevó a la cancelación de 2,325 vuelos; en 33 millones la amenaza de huelga de los trabajadores del aeropuerto de Heathrow durante el tercer trimestre; y en 45 millones las “recientes tendencias en las reservas” de sus aerolíneas de bajo coste.
Ahora, aunque las últimas noticias sobre el brexit han azotado a la empresa en las últimas sesiones, ha recuperado la tendencia alcista que, aunque es débil, supone un soplo de aire fresco para la empresa tras meses de caídas.