En pocos años, será normal viajar en un coche autónomo, que el mejor cirujano del mundo opere a un paciente tumbado en una camilla en la otra punta del planeta y que máquinas creadas por máquinas nos ayuden en nuestras tareas cotidianas.
Todo eso será posible gracias a la tecnología 5G y a José María Álvarez-Pallete, le encanta contarlo. No es para menos. Como suele decir el presidente de Telefónica, ese futuro pasa por las redes y pasar por las redes es pasar por Telefónica, aunque los mercados no quieran premiarlo y para muchos sea una realidad todavía abstracta.
Esa visión del futuro encierra las claves de los pasos dados por la compañía desde que hace tres años Álvarez-Pallete tomó sus riendas con la idea de transformar una empresa de servicios de voz en un grupo tecnológico. Tras el susto que se pegó el grupo en Bolsa el pasado agosto, ese proceso se ha acelerado en el último mes en tres direcciones.
La primera, en la vertiente del negocio. El presidente de Telefónica es un convencido de que las grandes telecos no pueden contentarse con ser utilities que surtan de red a Whatsapp. Esa idea está latente tanto en la apuesta que Pallete ha hecho por los servicios en el hogar conectado -con la compra del 50% de Prosegur España-, como en el reciente acuerdo cerrado con Silvio González (Atresmedia) para seguir los pasos de AT&T e impulsar un HBO propio y español.
La segunda atañe a los Recursos Humanos de un gigante que tiene que transformar su modelo de negocio. Telefónica anunció en septiembre que adelgazará su estructura con la salida de hasta 5.000 trabajadores. Pero fue mucho más allá al anunciar que se dispone a reciclar a los nada menos que 20.000 empleados que se queden en la compañía en España. Se trata del plan de formación más ambicioso de los conocidos hasta la fecha en este país.
La última parte afecta a la Responsabilidad Corporativa tan de moda en un Ibex 35 que se ha dado cuenta de la necesidad de que las empresas aporten valor a la sociedad. La impronta de esa transformación se va a materializar en 42 Madrid, una escuela de programadores importada desde Francia y apadrinada por Rafa Nadal.
Se trata de tres pilares que demuestran cómo el antiguo monopolio es consciente de que con su tamaño y su I+D no puede conformarse con competir con un MásMóvil, que con 800 trabajadores ya tiene unos 8,5 millones de clientes en España. Tiene que aspirar a más. Salir de la encrucijada de las telecos y hacerlo a tiempo, con la mirada puesta en el largo plazo.
Pallete está convencido de que para el grupo es vital llegar el primero a la que será la cuarta revolución industrial, la de los robots. Cree que si no lo hace, Telefónica cumplirá en un lustro sus 100 años, pero no llegará a celebrar su 200 cumpleaños.
Y es en este contexto de cambio en el que se enmarca el plan de Emilio Gayo (presidente de Telefónica España) para reciclar la plantilla del grupo. Se hará con los apodados como programas de reskilling y upskilling por los que pasarán en una primera fase más de 6.000 empleados de la compañía.
La idea es preparar a la plantilla para labores en las que es difícil encontrar capital humano en España, pero que son imprescindibles para una tecnológica. Áreas como seguridad, robotización, analytics, desarrollo web, capacidades de IT, metodología Agile o consultoría de negocio.
Como dijo Álvarez-Pallete a sus accionistas en la pasada Junta, "no es sencillo renovar la mecánica de un vehículo mientras sigue en marcha". Pero en eso está, puesto que los servicios de voz han dejado de ser el principal motor de ingresos de Telefónica y los datos ya representan el 56% de las ventas.
Y como empresa de gran tamaño, para que ese vehículo no se averíe no solo debe renovar su negocio sino también tiene que ser capaz de mostrar a la sociedad que es capaz de aportar algo que vaya más allá del dinero que distribuye entre sus accionistas.
Ana Botín se ha ido a Groenlandia para mostrar su preocupación por el cambio climático y va a dar una segunda oportunidad a las madres que dejaron su trabajo para que trabajen en el Santander. Pablo Isla ha anunciado que Inditex dirá adiós a las bolsas de plástico el año que viene y exportará sus tiendas 'for&form' atendidas por discapacitados.
Álvarez-Pallete se ha sumado a esta ola 'social' y además de emitir el primer bono sostenible del sector, ha decidido poner el foco en lo que más puede aportar Telefónica a España: el añorado empleo de valor añadido.
Y lo va a hacer de la mano del millonario Xavier Niel, a quien hace años presentó la prensa gala como "joven pirata informático".El millonario francés es hoy conocido como copropietario de LeMonde y fundador de 42, una de las escuelas de programación más exitosas del mundo para alumnos que no tengan que tener acabado el bachiller.
El 100% de empleabilidad que consiguen los programadores que pasan por 42 había animado a más de una empresa española a interesarse por el proyecto para intentar importarlo. Pero ha sido Telefónica -a través de César Alierta, como presidente de la Fundación- la que lo ha conseguido y para mostrar su apuesta por el campus gratuito, lo instalará dentro del Distrito T.
Los programadores de la escuela podrán o no trabajar en Telefónica. Lo que es seguro es que trabajarán. Álvarez Pallete pasa así de promulgar en sus discursos que buena parte de las profesiones del futuro aún no las conocemos, a aportar un granito de arena para que la sociedad española las detecte a tiempo, antes de que sus clientes convivan con los robots.
ATENTOS A...
El enfado de Ángela Merkel con el recorte a los peajes de las gasistas ha sido trasladado ya al Gobierno español. El motivo: los pensionistas alemanes tienen parte de sus ahorros invertidos en el sector del gas en España por una operación, cerrada en 2018, que podría revelarse de dudoso acierto para sus intereses.
El pasado año, en el mes de marzo, el gigante Allianz Capital Partners (aseguradora que atesora fondos de pensiones germanos) y el fondo Canada Pension Plan Investment Board CPPIB compraron a Naturgy el 20% de Nedgia, filial propietaria de la red de distribución de gas. Pagaron en efectivo 1.500 millones de euros, por una operación en la que se valoró el 100% de la filial de la empresa que preside Francisco Reynés) en 13.935 millones de euros, cifra equivalente a 15,7 veces el Ebitda de 2016.
La idea era que el marco regulatorio en España permanecería estable, pese a que la CNMC tenía que aprobar su Circular del gas antes del 31 de diciembre de 2019. Pero el recorte a la retribución del gas establecido por José María Marín Quemada ha cogido por sorpresa a la aseguradora alemana y su compañero canadiense que visto lo visto consideran que se pagó de más por un activo estratégico para el gas español.