El Ministerio de Fomento ha dado el primer paso para preparar la vuelta al Estado y la supresión del peaje en otras dos autopistas, la AP-2 Zaragoza-El Vendrell y el tramo de la AP-7 entre Tarragona y La Jonquera, vías que cumplen su actual contrato de concesión con Abertis en agosto de 2021.
El Departamento que dirige en funciones José Luis Ábalos ha sacado a concurso un estudio sobre la distribución del tráfico en estas vías una vez que se suprima el cobro de peaje, un trabajo en el que invertirá 810.700 euros, según informó el Departamento.
Estas autopistas seguirán así los pasos de la AP-1 Burgos-Arñiñón, la primera que concluyó el contrato de concesión que tenía con Itínere, levantó la barrera de peaje y volvió al Estado hace ahora un año, a finales de noviembre de 2018.
También sucederá a otras dos vías de Abertis, la AP-4 Sevilla Cádiz y el tramo de la AP-7 entre Tarragona, Valencia y Alicante, que concluirán su contrato con este grupo a finales de este año, con lo que el próximo 1 de enero pasarán a ser libres de peaje.
Ante la conclusión de los contratos de estas dos autovías, el grupo Abertis negocia actualmente con los sindicatos un expediente de regulación de empleo (ERE) para 140 trabajadores de estas dos autopistas, casi la mitad (el 46%) del total de 300 empleados que suman. El ajuste se centra precisamente en los empleados vinculados a las labores de cobro de peaje.
En paralelo, Fomento ha sacado a concurso los trabajos para pasar a encargarse del mantenimiento de estas dos autopistas, estimados en 153 millones de euros, y ha licitado la explotación de la docena de áreas de servicio y restauración que suman, centros que cede para un periodo de cinco años y un importe de facturación estimado en 256 millones de euros.
En el caso de las dos próximas autopistas que concluirán el contrato de concesión con el que fueron construidas y hasta ahora se explotan, la AP-2 y el tramo de la AP-7 que enlaza con la frontera, el estudio con el que Fomento comienza a preparar su reversión al Estado en 2021 tiene como fin analizar el tráfico y la movilidad en el entorno de las vías, contemplando la incidencia en los mismos ante la supresión del peaje.
Con este análisis, Fomento pretende determinar si es preciso realizar algún tipo de obra o actuación para acomodar la demanda de tráfico en la Red de Carreteras del Estado tras la redistribución de tráfico que se pueda producir tras la supresión de los peajes en estas vías.
La AP-7 La Jonquera-Barcelona-Tarragona es una vía de 236,34 kilómetros de longitud que figura como una de las de mayor intensidad diaria de tráfico de la red de pago del país.
A cierre del pasado mes de agosto contabilizaba 59.088 usuarios al día en su tramo entre la Ciudad Condal y Tarragona, lo que arroja un crecimiento del 3,6% respecto a un año antes, y otros 50.624 conductores diarios entre esta ciudad y la frontera, un 1,35% más, según datos oficiales del Ministerio.
De su lado, la AP-2 Zaragoza-Mediterráneo registraba una media de 13.357 circulaciones diarias al término de los ocho primeros meses, un 6,9% más que un año antes.