El beneficio neto de Sacyr se situó en 122 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, con un incremento del 12% respecto del registrado en el mismo periodo de 2018. La compañía obtuvo un Ebitda de 492 millones de euros entre enero y septiembre de 2019, el 32% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
Según ha comunicado la compañía la base de este crecimiento está "en el foco en el perfil concesional, la rentabilidad, la disciplina financiera y la expansión internacional en mercados clave".
Durante los tres primeros trimestres de 2019, Sacyr registró crecimientos en sus principales áreas de negocio. El Ebitda de Ingeniería e Infraestructuras creció a un ritmo del 76%, el de Servicios, al 24% y el de Concesiones avanzó el 20% respecto del ejercicio anterior.
El foco de Sacyr en el negocio concesional se refleja en las cuentas de 2019: 77% del Ebitda se obtiene de activos concesionales con un bajo riesgo de demanda.
La rentabilidad de los negocios, medida por el margen de Ebitda, crece el 17% respecto de la que se registraba en septiembre de 2018 y pasa del 13,8% al 16,2%.
Aumento de la cifra de negocio
La cifra de negocios de Sacyr superó los 3.000 millones de euros (3.032 millones) hasta septiembre, tras registrar un aumento del 12%. El 58% de esa cifra se obtuvo en los mercados internacionales.
El crecimiento de doble dígito es consecuencia del buen comportamiento registrado por todas las áreas de negocio durante los últimos ejercicios. La cartera de ingresos futuros cerró el tercer trimestre en 42.616 millones de euros, de los que el 72% son internacionales.
Por actividades, en Infraestructuras los contratos internacionales representan el 86% del total; en Concesiones, el 82%; en Servicios, el 31%; y en Industrial, el 14%.
En lo que va de 2019, Sacyr se ha adjudicado proyectos relevantes en todas sus divisiones. Entre ellos, destacan la construcción y operación de la autopista Los Vilos–La Serena, la concesión del aeropuerto de Chacalluta de Arica y la construcción de los hospitales Provincia Cordillera y Sótero del Río, en Chile, la construcción y concesión del Ferrocarril Central de Uruguay, la prolongación del tranvía de Edimburgo (Reino Unido) o la limpieza y recogida de residuos de Santa Cruz de Tenerife (España).
Deuda financiera
La deuda neta del grupo se situó en 4.634 millones de euros a cierre de septiembre, frente a los 4.045 millones del pasado diciembre. Este aumento se debe al incremento de las inversiones para desarrollar los nuevos proyectos concesionales. Sin embargo, la deuda corporativa con recurso disminuye en 2019 y pasa de 1.138 millones a 1.082 millones.
La compañía continuó con su estrategia de rotación de activos y en los nueve primeros meses del año vendió su participación en Itínere por 202 millones de euros y el 49% de su participación en siete activos chilenos por 440 millones incluida deuda.
Además, tras el cierre del tercer trimestre, se produjeron otras dos operaciones de rotación de activos: acuerdo de venta del 47,5% de Guadalcesa por 220 millones y nueve plantas energéticas (150 millones), ambos importes deuda incluida.
La compañía ha vuelto a una política regular de retribución al accionista y en febrero y julio se han abonado sendos dividendos scrip que suman un total de 0,105 euros por título. Esta cantidad implica una rentabilidad para el accionista superior al 5%.