“¡Es una barbaridad!”, clamaba una de las fuentes de la CEOE con las que ha hablado EL ESPAÑOL tras conocer que Sánchez podría ceder la cartera de Trabajo a Podemos. Un ministerio que gestiona un presupuesto de 186.000 millones de euros y que tiene bajo su paraguas todas las políticas activas de empleo, la batuta del diálogo social, controla la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo.
Era una de las peticiones históricas de Podemos para formar Gobierno con el PSOE y en las últimas negociaciones Iglesias había renunciado a ella. Ahora, tras el Pacto del Comedor ha vuelto a la carga y parece que lo ha conseguido. Una decisión que “preocupa” en el seno de la patronal CEOE y se preguntan si “vamos a volver a un modelo de relaciones laborales propio del siglo XIX”.
No hay que olvidar que el programa electoral de Podemos apuesta por fijar un tipo único de contrato temporal, que sólo se pueda realizar por causas imprevistas u organizativas. Esto acaba con las modalidades que permiten contratar gente para, por ejemplo, una campaña de Navidad o de verano. Abogan también por avanzar en la jornada de 34 horas “sin reducción de salario” y continuar aumentando el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 1.200 euros.
No son sólo las medidas las que les preocupan, ya que muchas de ellas quedarán mitigadas (confían los patronos) por el día a día. Se supone que la realidad les demostrará que muchas de sus propuestas son irrealizables. También existe preocupación por lo que puede ocurrir con las relaciones laborales: “No se puede volver a un modelo en el que trabajadores y empleadores estén enfrentados unos contra otros, deben ir de la mano”, insisten.
Futuro de las pensiones
Esto va en línea con la idea que tiene la formación morada de “recuperar el poder de la negociación colectiva, devolviendo a los sindicatos la fuerza que les quitaron las reformas de Zapatero y Rajoy”. La idea es que los convenios sectoriales tengan prevalencia sobre los de empresa y vuelva la ultraactividad. ¿Qué es esto? Pues básicamente una reunión que permite mantener un acuerdo social antiguo hasta que se aprueba el nuevo y, por tanto, sirve para bloquear las negociaciones y evitar la entrada de un convenio más lesivo para los trabajadores.
Otra de las claves está en las Políticas Activas de Empleo, aquellas que ayudan a fomentar la empleabilidad de los parados. A ellas se destinan unos 6.000 millones de euros, y buena parte de ellas son subvenciones a patronal y sindicatos para cursos formativos. “Necesitamos cambiar esas políticas urgentemente para adaptarlas a la realidad del mercado laboral”, sentencian las fuentes consultadas.
No son las únicas inquietudes que tienen. También dudan de lo que pueda ocurrir con la Seguridad Social y su viabilidad a futuro. Depende del Ministerio de Trabajo, es una de las ‘niñas mimadas’ del Estado pues de ella depende el futuro de las pensiones. Es cierto que no pasa por sus mejores momentos (con un déficit de más de 15.000 millones), pero en Podemos se propone seguir incrementando el número de prestaciones a abonar.
“Moderación” al futuro Gobierno
Por ejemplo, en su programa proponen derogar el factor de sostenibilidad, vincularlas al IPC, incrementar las pensiones de viudedad y elevar “de manera inmediata” las mínimas a los 750 euros. Es decir, aumento indiscriminado del gasto sin que los ingresos terminen de estar claros.
La preocupación por la Seguridad Social es compartida también por el Partido Socialista. De hecho, se especula con la posibilidad de que se busque una manera de blindar la ‘caja’ y se trasladen las competencias al Ministerio de Economía o se dé una mayor autonomía a la institución.
En definitiva, que las alarmas están encendidas en Diego de León 50. Muestra de ello es que su presidente, Antonio Garamendi, quien lleva semanas pidiendo “moderación” al futuro Gobierno. No sólo por lo que pueda tener relación con el empleo, también con lo que tiene que ver con los impuestos o la propiedad privada.