Falta solo un mes para que Ryanair cierre las bases de Canarias y Girona y los tripulantes de cabina (TCP) y pilotos han perdido por completo la paciencia. Tras varias reuniones, las partes sentadas en la mesa negociadora no han llegado a un acuerdo debido a que la empresa acudió a cada una de las citas con una documentación distinta. Además, los sindicatos acusan a la compañía de mentir y de no ceder ante sus demandas.
Entre las medidas más solicitadas por los empleados de la aerolínea irlandesa se encontraba su reubicación en otras bases de España, un asunto que Ryanair afirmaba que no podría ser posible ya que no había plazas vacantes en ninguna base.
Sin embargo, lo que ha colmado la paciencia de estos trabajadores no ha sido el tener que irse fuera, sino que la empresa les asegurase que sería imposible reubicarlos en territorio nacional cuando, por otro lado, estaba trayendo a personal extranjero a las bases españolas.
El delegado sindical de Sitcpla, Manuel Lodeiro, ha asegurado a EL ESPAÑOL que la empresa "ha traído a 300 personas de fuera cuando Ryanair dice que no hay espacio para los despedidos". Operaciones por parte de la aerolínea que, según informó hace unas semanas a este diario otra de las delegadas sindicales de Sitcpla y TCP de Ryanair con base en las Palmas, Luciana Sidi, lo hace para no verse obligada a mantener la antigüedad de estos trabajadores.
Si Ryanair mantuviese en España a los trabajadores afectados por el cierre de bases de Canarias y Girona estaría obligada a mantener su antigüedad en la empresa, algo que no ocurriría si, por lo contrario, se los llevan a otros países, que es lo que ofrece la empresa.
Un tema sobre el que Ryanair prefiere no pronunciarse. La empresa ha respondido a este diario que "no va a comentar nada sobre temas relacionados con las bases y los sindicatos".
Pocas facilidades
Según ha manifestado Lodeiro, la empresa tampoco les da muchas facilidades para que se vayan a trabajar a otras regiones. Solo les ofrece 500 euros y un billete de avión con dos maletas totalmente gratis para “empezar de cero en otras empresas del grupo”. Una oferta que se hace únicamente al trabajador, su familia está excluida de estas condiciones.
Además, tampoco se lo ofrecen a todos los trabajadores. Lodeiro ha explicado que solo ofrece 20 plazas para los 432 afectados por el cierre de las bases. Plazas que, además, no están asignadas a estos trabajadores, sino que pueden ser elegidas por todos los empleados. Si no aceptan uno de estos traslados, la empresa les indemniza con 22 días por año trabajado.
Negociación “nefasta”
Lodeiro ha tildado el proceso de negociación del ERE por el cierre de las bases de “nefasto”. Critica que la empresa “no ha tenido en ningún momento voluntad negociadora con los sindicatos”. Algo que, según dice, no es nada nuevo ya que como manifestó otro sindicalista hace meses a este diario, "la aerolínea no sabe negociar".
Y así será, asegura Lodeiro, mientras Michael O'Leary y Eddie Wilson sigan en Ryanair porque si el primero, al que la empresa ha dado una atada para arriba, no da su brazo a torcer, el segundo, a quien han catalogado de tramposo, charlatán, déspota y de comportamiento impresentable ante la autoridad laboral, menos todavía.
Tanto es así que los trabajadores de la empresa aseguran que Ryanair “está llevando a cabo una caza de brujas contra los sindicatos” porque este jueves la empresa ha despedido a uno de los miembros del comité, supuestamente, por negarse a volar cuando estaba haciendo uso de su derecho a huelga.
Autoridades gubernamentales
Pero el enfado no es únicamente con Ryanair. El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez y la Comisión Europea también tienen su parte de culpa en la situación de “desesperación” que están viviendo estos trabajadores, según indican las fuentes sindicales.
Tal y como llevan meses criticando, y recalca Lodeiro, “las autoridades se lavan las manos y miran hacia otro lado”. Afirma que el gobierno en funciones “no tiene voluntad política” ya que “no propone medidas correctivas” y que la Comisión Europea hace oídos sordos de lo que sucede en España y afirma que “está todo bien”.
Falta de acciones, en este caso, que aumentan la incredulidad de los trabajadores de la empresa y les lleva a preguntarse qué es lo que tiene Ryanair que “se salta la ley” sin consecuencias mientras las demás aerolíneas tienen que cumplirlas a rajatabla.