La llama del conflicto entre Estados Unidos y las empresas tecnológicas chinas sigue muy viva. Tras meses de continuas acusaciones por parte de la administración de Trump hacia Huawei, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha lanzado una última advertencia acerca de los riesgos de conceder el despliegue del 5G a las empresas chinas.
En su página web, el Departamento de Estado ha publicado una nota en la que describe qué es para ellos la confianza. En ella, insiste en que "los países necesitan poder confiar en que las compañías de equipos y programas informáticos para la red 5G no amenazarán su seguridad nacional, privacidad, propiedad intelectual o sus derechos humanos".
Una confianza que según el gobierno norteamericano no puede existir cuando "los proveedores de telecomunicaciones están sujetos a un gobierno autoritario, como el de la República Popular de China".
Para estas afirmaciones, el Departamento de Estado se basa en que China "carece de un poder judicial independiente o de un estado de derecho que impida el uso indebido de datos" y que las empresas de dicho país están "sujetas al control de un gobierno autoritario".
Según el organismo estadounidense, "Huawei y ZTE, junto con otras compañías chinas, están obligadas de manera secreta a cooperar con los servicios de inteligencia y organismos de seguridad chinos".
Beneficio de subsidios
En esta nueva oleada de acusaciones, el Departamento de Estado de Estados Unidos se ha apoyado en uno de los últimos argumentos vertidos contra el gigante tecnológico chino, que afirma que se ha beneficiado "subsidios, de decenas de miles de millones en préstamos respaldados por el Estado" debido a "sus conexiones con el Partido Comunista Chino". Unas acusaciones que fueron rechazadas por Huawei a las pocas horas
Sobre este punto, manifiesta que "confianza significa que las compañías de equipos y programas informáticos para la red 5G sean financiadas de manera abierta y transparente mediante la utilización de prácticas óptimas normativas en adquisiciones, inversión y contratación".
Otras críticas
Pero las críticas hacia las empresas chinas no terminan ahí. La administración Trump también les acusa de tener "un largo y bien documentado historial de robo de propiedad intelectual" y de infringir la ley.
El Departamento de Estado de Estados Unidos termina resumiendo todas las acusaciones que se han vertido contra las empresas chinas y lanzando una pregunta demoledora a la ciudadanía, que es "¿cómo se puede confiar en una compañía así?".