Poco a poco, los bancos van dando un paso al que hasta ahora eran reacios: intentar movilizar el ahorro de sus clientes de los depósitos hacia otros productos que sean más rentables. ¿Cuáles? Básicamente, la Renta Variable. Es decir, la Bolsa.
El último en hacer el movimiento ha sido el Santander, que estos días ha hecho campaña entre algunos de sus clientes animándoles a dar el paso. Nunca bajo el concepto de recomendación, tan sólo a título informativo sobre cómo pueden lograr mayor rentabilidad a sus ahorros, tal como informa Cinco Días.
La entidad que preside Ana Botín sigue así la estela que inició antes del verano ING. El banco ponía en marcha el programa Inversión Naranja + con el que buscaba “democratizar” la inversión, y en el que ofrecía una serie de carteras formadas por fondos de BlackRock, Vanguard o Amundi.
La factura del BCE
No son los únicos. Los blogs de otras grandes entidades como el BBVA, Bankia o Caixabank también contienen en los últimos pasos este tipo de informaciones. ¿El objetivo? Lograr que sus clientes pongan a funcionar el dinero para generar rentabilidad.
Una medida con la que, además, los bancos consiguen movilizar el dinero de la clientela hacia productos que están fuera de balance. Esto tiene una fuerte ventaja para ellos, y es que les ayuda a aminorar la factura que tienen que pagar por el dinero que depositan en el Banco Central Europeo (BCE) y que, actualmente, está en el -0,5%.
Los últimos datos del Banco de España muestran cómo las familias tienen en cuentas a la vista o en depósitos a plazo cerca de 842.000 millones de euros, por los que las entidades deben abonar al BCE. Se trata de una factura que se ha ido incrementando en los últimos meses y que en un contexto de bajos tipos de interés no se pueden permitir.
La opción de movilizar los ahorros de los clientes es un paso previo a la otra gran medida que las entidades podrían poner encima de la mesa para rebajar la factura del BCE: cobrar a los clientes por sus ahorros. Algo que, por ahora, ninguna gran entidad se plantea. Al menos, de cara a la galería.
Las empresas pagan
Estamos en los primeros compases de un proceso que algunos en el sector consideran irreversible. De momento algunos bancos ya han empezado a cobrar a los clientes institucionales y a las grandes empresas. El siguiente paso serán las grandes fortunas y, por último, el cliente retail, usted o yo.
El paso definitivo para que paguemos por depositar nuestros ahorros dependerá de la evolución de los tipos de interés, pero también de cómo marche la economía en los próximos meses. Lo que parece claro es que ninguno dará el paso antes que otro porque no hay una ventaja competitiva para hacerlo.