El banco africano de Sáenz y Cortina ultima otra ampliación de capital para expandir su app KashKash
BDK Financial Group cerró tres ampliaciones de capital en 2019 y prepara otra de siete millones para expandir su fintech en 2020.
17 enero, 2020 03:20Noticias relacionadas
La aventura financiera africana que ideó Alberto Cortina hace ya casi cinco años y puso en marcha el banquero Alfredo Sáenz está lista para dar sus primeros frutos en 2020. BDK Financial Group prevé alcanzar su break even este año, coincidiendo con el nacimiento de la moneda ECO, que reemplazará al franco CFA como divisa de la unión monetaria de África Occidental en la que opera este grupo.
Ese equilibrio de sus cuentas llegará después de que el holding, en el que se integran una quincena de sociedades financieras con negocios en la zona, cerrara tres ampliaciones de capital en 2019. La última de ellas fue el pasado octubre por valor de seis millones de euros, según figura en los registros de la sociedad en Luxemburgo.
A esas ampliaciones se sumará en las próximas semanas una nueva, ya en marcha, por valor de otros siete millones de euros, con lo que su capital habrá pasado de 97 millones a 143 millones de euros en poco más de 12 meses, según ha podido saber este periódico por fuentes próximas al grupo que preside el exconsejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz.
Apuesta por las fintech
Con las principales sociedades del holding financiero con sede en Luxemburgo obteniendo beneficios, BDK reforzará su apuesta por su negocio en las fintech, un mundo en el que ya está presente a través de Kash Kash, una aplicación para pagos a través de dispositivos móviles que está operativa en países como Senegal.
BDK Financial Group se puso en marcha en 2014 por iniciativa de Alberto Cortina, que en la actualidad cuenta con una participación del 30% del capital. Su hijo, Pelayo Cortina Koplowitz, forma parte del consejo de administración de la sociedad.
Junto a Cortina, en el accionariado del grupo figuran otras fortunas españolas, como Alberto Alcocer (con un 5%), el propietario de Kiss FM, Blas Herrero, o el propio Alfredo Sáenz (ambos con porcentajes similares).
También son accionistas otros inversores, como Álvaro Hachuel (hijo del conocido Jacques Hachuel, exsocio de Mario Conde en Banesto) o el empresario venezolano Alejandro Betancourt.
Para lanzar el negocio financiero, Alfredo Sáenz incorporó a su consejo de administración a directivos procedentes del mundo de la banca tradicional, como Josep Badía (procedente de BMN y Banesto) y de la banca de inversión, como el ejecutivo de Rothschild, Pablo Rodríguez Castejón.
El que fuera mano derecha de la familia Botín, también ha incorporado al grupo a directivos procedentes del Banco Santander, como Francisco López Quesada.
Una UE emergente
Tras un lustro trabajando en el proyecto, el holding opera ya con marca propia en seis países, en los que cuenta con estructura propia y socios locales con los que controla sus filiales en Senegal, Costa de Marfil, Guinea Conakri, Malí, Benín y Burkina Faso.
Además, prevé ampliar su negocio a Níger y Togo para completar su presencia en todos los países que forman parte de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA por sus siglas en francés).
Un proyecto que emula a la Unión Europea y que cuenta con una moneda común, el franco CFA que está en proceso de ser reemplazado por el ECO. Se trata de una transformación para la que cuentan con el apoyo del presidente francés, Emmanuel Macron, que firmó con su homólogo de Costa de Marfil, Alassane Outtara, el acuerdo para reformar una divisa que nació referenciada al franco francés y después logró su continuidad gracias a un acuerdo con el Banco Central Europeo (BCE).
La UEMOA es una zona emergente, en la que hay países con grandes perspectivas de desarrollo y de negocio. Pero uno de los aspectos que más interesante consideran Cortina y Sáenz es el hecho de que la mayoría de su población sea menor de 25 años, según fuentes conocedoras del holding.
La filial más conocida del grupo es Banco de Dakar en Senegal, donde BDK ofrece servicios de banca tradicional a través de una red de sucursales para particulares y empresas. Pero acorde con los nuevos tiempos, también cuenta con varias fintech para explorar la implantación de los medios de pago en África.
Un negocio para el que BDK se ha asociado con oficinas locales de Correos, con las que ha sellado acuerdos de colaboración e incluso ha incluido, en algunos casos, como accionistas de las sociedades con las que operan esas app.