Este mismo viernes se inicia uno de los principales objetivos del Gobierno de coalición formado por el PSOE y Unidas Podemos: la derogación de la reforma laboral. Se trata de una estrategia que, según ha podido saber EL ESPAÑOL, finalmente se hará en tres fases.
La primera etapa se inicia este mismo viernes. La primera reunión de los equipos de Ministerio de Trabajo, sindicatos y patronales para comenzar a tratar el desguace de la norma que parió el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Como indicó Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, este jueves, en esta fase inicial el objetivo estará en reformular la actual legislación en lo que tiene que ver con elementos de la subcontratación y con los convenios colectivos. “La negociación colectiva tiene que volver a tener su propia voz”, indicó la abogada gallega.
Aspectos más lesivos
Estos elementos tienen que ver, precisamente, con los elementos considerados más lesivos por las fuerzas del Ejecutivo progresista en su acuerdo de coalición.
De esta manera, en esta primera fase se derogará las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo, resucitando la ultraactividad del convenio hasta que se negocie uno nuevo y acabando con la controversia judicial que se había generado en algunos sectores. Además, se suprimirá la priorización de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales.
Entre estos objetivos más inmediatos, que se tratarán en el encuentro que este viernes lidera Joaquín Pérez Rey, quien se estrena de manera oficial como secretario de Estado de Trabajo, está limitar la subcontratación a servicios especializados ajenos a la actividad principal de la empresa.
Antes se habrá suprimido el despido por bajas médicas reiteradas. La intención de la ministra Díaz es la de hacerlo lo más pronto posible y llevar la norma, un real decreto-ley (RDL), al Consejo de Ministros para aprobarla lo más pronto posible, algo que se ha retrasado por cuestiones técnicas y administrativas.
La convalidación de este RDL por el Congreso de los Diputados será problema. La responsable de Trabajo ha asegurado que tiene apoyos suficientes en la Cámara Baja para que esta medida prospere.
Fase más compleja
Para Trabajo esta es la primera fase e inmediata. Se trata de objetivos relativamente sencillos que requieren, en realidad, de una modificación normativa en una dirección concreta que a priori y en gran medida ya está decidida.
Las cuestiones complejas y que requerirán de más horas de negociación dentro de la Mesa del Diálogo Social estarán en el segundo tramo. Aquí estaría la reforma del despido que pretende el Gobierno. Aunque el PSOE no la tenía entre sus objetivos, Unidas Podemos sí la incluía dentro de sus reclamaciones dentro de la negociación con los socialistas.
Respecto a esta cuestión, Díaz no ha aclarado gran cosa. "Vamos abordar el despido en general, que es un tema muy complejo. No voy a anticipar debates. Esto lo vamos a plantear", ha afirmado.
Por lo pronto la pista la da, de nuevo, el acuerdo de Gobierno. Y es que se revisarán las “causas del despido” objetivo para hacer más precisas sus condiciones “económicas, técnicas, organizativas o de producción” y se reforzará el control de la autoridad laboral sobre los expedientes de regulación de empleo o el control de los despidos colectivos.
En este campo se situarían también medidas como la limitación de la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa y la revisión del mecanismo de inaplicación de los convenios colectivos, “orientándolo a descuelgue salarial vinculado a causas económicas graves”.
El toque de gracia
El toque de gracia llegará con el nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI que proyecta Sánchez. Este entramado de derechos y deberes acabaría poniendo fin y sustituyendo los elementos que resten de la reforma laboral del PP.
Esta será la tercera fase y el tramo final, y aunque sea Díaz quien la ejecute la idea viene de los programas socialistas. Pero poco más se sabe, aparte del texto con el que se ilustra esta medida el acuerdo entre socialistas y morados.
Será un elemento de protección de los trabajadores “frente a los desafíos sociales, tecnológicos y ecológicos del siglo XXI y el reconocimiento de nuevos derechos de los trabajadores propios de la realidad económica, social y laboral actual, con la necesaria competitividad empresarial y el papel de la negociación colectiva como elemento de reequilibrio necesario”.
Todo ello, según el Ministerio de Trabajo, pactado con sindicatos y patronales. A la mesa del Diálogo Social le queda mucho trabajo, y reuniones, por delante.