Acciona asumirá las obras para finalizar una nueva línea de metro en la ciudad brasileña de Sao Paulo, cuya construcción estaba paralizada desde septiembre de 2016, informó este viernes el Gobierno regional y ha confirmado la compañía en un hecho relevante.
La llamada "Línea 6-Naranja" tendrá 15,3 kilómetros de extensión y unirá la región de Brasilandia, en la zona norte de Sao Paulo, con el centro de la capital paulista para atender a algo más de 630.000 pasajeros por día, según previsiones oficiales.
Está previsto que Acciona retome las obras antes del final de este año, con lo cual se crearán un total de 9.000 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, afirmó este viernes en una rueda de prensa que ya ha recibido el contrato de cesión del proyecto entre la actual concesionaria Move Sao Paulo y la constructora española.
La inversión privada para esta infraestructura, que según Doria "es la mayor obra del país" dentro de una sociedad público-privada, se calcula en alrededor de 13.000 millones de reales (unos 3.020 millones de dólares).
Nuevo contrato
La construcción de la línea de metro se inició en enero de 2015, pero casi dos años después, en septiembre de 2016, Move Sao Paulo decidió unilateralmente paralizar las obras de forma integral.
El consorcio, formado por Odebrecht, Queiroz Galvao, UTC Participaçoes y Fundo Eco Realty, alegó entonces dificultades para obtener financiación a raíz de la implicación de algunas de esas empresas en la operación anticorrupción Lava Jato, que investiga los millonarios desvíos ocurridos en la petrolera estatal Petrobras.
Ante este escenario, Acciona cerró un acuerdo para comprar la concesión de la línea de metro a Move Sao Paulo.
El Gobierno de Sao Paulo adoptará ahora una serie de medidas internas con la intención de firmar el documento definitivo entre las partes para la retomada de las obras este año.
"Acciona fue calificada de acuerdo con las exigencias para este proceso. En hasta 45 días se firmará un nuevo contrato", afirmó a los periodistas el secretario de Transportes Metropolitanos de Sao Paulo, Alexandre Baldy.