Prohibir los despidos durante la crisis del coronavirus ha abierto un fuego inesperado en las filas del Gobierno. Lo que hasta ahora eran apoyos y parabienes con el mundo de la empresa, se ha tornado ahora en una indignación patronal que amenaza con dejar sólo a Pedro Sánchez cuando llegue el momento de la recuperación económica.
Las fuentes empresariales consultadas por este diario creen que la medida adoptada por el Gobierno es “gravísima” y supone un “ataque frontal” al mundo de la empresa.
Todos ellos se sienten criminalizados por el Ejecutivo. Consideran una afrenta que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, les pida “ejemplaridad” como si para ellos fuera sencillo tener que despedir a un trabajador o realizar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para garantizar la viabilidad de la empresa.
Medidas bolivarianas
Tal es la indignación que, como ha contado Invertia, muchos de ellos hablan de "medidas bolivarianas" que están en la línea de las estrategias laborales de Podemos.
Algunos de los empresarios consultados se preguntan si el Gobierno es consciente de la realidad que se avecina, y se cuestionan también si Sánchez cree que va a ser capaz de afrontar en solitario (con Podemos, radicales y sindicatos) la recuperación económica. “¿No será una estrategia para cambiar el modelo de libre empresa por otras ideologías que se sientan en el Gobierno?”, se preguntan.
Lo que parece claro es que están dispuestos a dar la batalla porque la prohibición de despedir durante el estado de alarma por el coronavirus supone, en realidad, el bloqueo de los despidos durante -al menos- los próximos seis meses y medio.
¿Por qué? Por la letra pequeña de los ERTE que ha aprobado el Gobierno, y que obliga a mantener el empleo durante medio año una vez que el expediente se haya extinguido. Es decir, que sólo será viable echar a un trabajador asumiendo la improcedencia o por una cuestión disciplinaria.
Graves consecuencias
Se trata de una cuestión que podría poner en riesgo a cerca de dos millones de empresas que necesitan de la mayor flexibilidad posible para ajustar sus plantillas a la demanda que tengan en los próximos meses.
A falta de conocer la letra pequeña de la normativa, las fuentes consultadas advierten de que “tendrá graves consecuencias” y consideran que la prohibición de los despidos “debe tener respuesta por parte de CEOE porque es algo que no pueda tolerarse”.
¿Qué dice la patronal? Por ahora se muestran cautos, pero ya han advertido de que no van a tolerar que el Gobierno “arroje sospechas y desconfianza sobre el empresariado” y avisan de que la decisión adoptada por el Ejecutivo hará que la salud de las arcas públicas se resienta.
Ahora está por ver si Sánchez y su Gobierno son capaces de matizar esta medida, aunque parece poco probable. Sobre todo si se tiene en cuenta que todavía no ha hecho caso a la gran petición de los autónomos: retirar las cuotas a la Seguridad Social.
"¿Dónde está Calviño?"
La batalla está servida, ahora está por ver cuál va a ser el próximo episodio de un enfrentamiento que no puede traer nada bueno. El mundo de la empresa lamenta que Sánchez se haya entregado a las tesis laborales de Podemos, como ha hecho en otras facetas de esta crisis.
No sólo eso. Se preguntan una y otra vez cuál es el papel de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Las fuentes consultadas están convencidas de que la vertiente más cercana al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha impuesto su criterio en el Consejo de Ministros.
Calviño no es la única señalada. También se preguntan dónde está la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y cuál es el papel de uno de los hombres fuertes del PSOE en el Ejecutivo, José Luis Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a quienes ven completamente desaparecidos en esta crisis.
El tiempo dirá qué ocurre, pero como contamos en Invertia, la prohibición de los despidos puede poner en serios aprietos una cuestión que estaba bastante apuntalada hasta el momento: el diálogo social.