Sin que la pandemia permita confirmar al 100% las fechas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desveló este martes los planes del Ejecutivo para la desescalada. Conocer los plazos era fundamental para poder hacer las estimaciones que los economistas elaboran para que las empresas puedan tener una guía con la que elaborar sus previsiones y planes de negocio. Y el calendario del Ejecutivo confirmó el temor de que la "vuelta a la normalidad" tampoco se producirá en mayo.
Habrá que esperar, en el mejor de los casos, hasta finales de junio, para que la economía pueda reactivarse. Y tampoco será del todo. El hecho de que los colegios no vuelvan a abrir hasta septiembre -salvo excepciones- indica que esa normalidad no será completa.
Además, la apertura paulatina de los negocios se hará en unas condiciones que reducirán de manera significativa la facturación de muchas empresas, en especial del turismo, la hostelería y el comercio.
Ante este escenario, las empresas consideran imprescindible que el Gobierno anuncie nuevas medidas de choque económico. Pese a que la CEOE no quiso pronunciarse sobre este plan de desescalada del que todavía no conoce todos los detalles, fuentes próximas a la patronal reconocían a este periódico que ahora más que nunca es urgente que se apruebe una flexibilización de los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo).
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ya había pedido esta mayor flexibilidad al presidente del Gobierno dada la delicada situación que viven las empresas en estos momentos y ante la sospecha de que la desescalada podría durar más de lo previsto en un primer momento. Sin embargo, tras conocer los nuevos plazos, ese cambio de las condiciones con las que se aprobaron los ERTE es acuciante para los empresarios.
Algo similar ocurre con las líneas ICO, de las que se están todavía entregando los primeros 20.000 millones de euros, aunque ya está habilitado el segundo tramo de otros 20.000 millones.
La lentitud con la que están llegando estas líneas de crédito a los autónomos, micropymes y pymes preocupa en el mundo empresarial. Pero ahora, se suma a esa inquietud el hecho de que la prolongación de las medidas excepcionales pueda convertir en insuficientes las cuantías anunciadas por el Ejecutivo.
"El plan de desescalada puede terminar de hundir muchos negocios. Se entiende que lo prioritario es afrontar la crisis sanitaria, pero hay que apoyar a esos empresarios", señalaban fuentes empresariales tras escuchar la rueda de prensa de Pedro Sánchez.
Cuatro fases
Según explicó el presidente del Gobierno este martes, tras un largo Consejo de Ministros de cinco horas para aprobar este plan, la vuelta a la actividad será escalonada en cuatro fases.
En este momento, estaríamos en el primer estadio, la fase cero, en la que se está preparando ese plan que, dentro de la gradualidad, incorporará normas para que los distintos tipos de negocio puedan ir retomando su actividad casi a mediados del próximo mes.
En la fase 1, que podría arrancar el 11 de mayo, se retomarán de forma parcial las actividades bajo "condiciones estrictas de seguridad". Por ejemplo, podrán abrir las terrazas con una ocupación del 30%, pero no los bares por dentro. Tampoco podrán abrir los centros comerciales.
Si todo va bien, cuando se estrene la fase 2, los restaurantes podrán abrir también por dentro, pero con limitaciones de aforo. En concreto, con un tercio de sus clientes.
Todavía en la fase tres, seguirán vigentes restricciones de aforo -aún por determinar- y podrán abrir las grandes superficies, pero con condiciones de seguridad como mantener una distancia de dos metros entre clientes.
Cuando acabe este plan de desescalada -que también restringe los movimientos entre provincias- el presidente del Gobierno reconoció que volveremos a una "nueva normalidad". ¿En esa "nueva normalidad" los negocios podrán tener los aforos de hace un año? Todo hace pensar que no.
"En estas condiciones, las empresas van a necesitar más ayudas. Los planes de negocio están adaptados a un determinado aforo, pero habrá empresarios que no puedan mantener a todos sus trabajadores en plantilla o que abran pero sin ser rentables durante muchos meses. Esto hace que sea urgente aprobar nuevas ayudas para las empresas", reconocían fuentes empresariales.
Diferencias por CCAA
El camino que tienen por delante los empresarios variará de unas regiones a otras, dado que la transición que afronta España será "gradual, asimétrica y coordinada".
Sin embargo, hay gran preocupación por lo que pueda pasar de cara a la temporada turística que se da por perdida para los viajeros internacionales. Si todo va bien, el plan podría terminar a tiempo para que en julio haya turismo nacional si la economía se sostiene lo suficiente como para permitir viajar a las familias.
El próximo jueves, el Gobierno tendrá que presentar un cuadro macroeconómico para enviar a Bruselas su Plan de Estabilidad Presupuestaria. En él se darán más detalles de hasta dónde estima el Ejecutivo que puede caer la economía. Y es que las ayudas que piden las empresas tienen que financiarse con recursos públicos en un momento en el que la recaudación fiscal está hundida por los efectos del coronavirus.