2020 pasará a ser recordado como “el año de”. El año del covid-19; el año de la pandemia que estancó al mundo a varios niveles; el año de integrar la mascarilla y los geles hidroalcohólicos como un accesorio diario más. También como el año del cambio de paradigma. Un cambio que se hace notar en todas las esferas de la sociedad, desde la implantación masiva del teletrabajo, hasta las evidentes brechas que existen en varios sectores de la economía española, como el de la I+D+i.
Crisis como la del COVID-19 han puesto de manifiesto la vital importancia de este sector para un país. La I+D+i siempre ha sido uno de los indicadores que propulsaban la marca país hacia la parte superior del ránking: una actividad intensiva en investigación y desarrollo se traduce en mayor bienestar social y en crecimiento económico. La fotografía que deja al respecto el informe COTEC 2020, publicado esta semana por la fundación, se ve todavía en blanco y negro, aunque empiece a arrojar algunos tintes de color. España recupera los niveles de inversión previos a la crisis de 2008, con 883 millones de euros más invertidos que en el período anterior analizado (2017). No obstante, seguimos aún lejos del gasto con respecto al PIB (1,24 %) que hacen nuestros vecinos, incluyendo la UE al completo (2,1 %).
El sector privado saca nota en este examen, liderando con ventaja la recuperación. Las empresas españolas invirtieron en I+D en 2018 un 9,3 % más que en 2017. En el otro lado, el sector público acumula un -9,8 % de gasto en I+D+i desde 2010. En este contexto, es innegable la necesidad de un cambio de marcha. Uno de los pilares fundamentales en los que sustentar este cambio debe ser la colaboración: tanto internacional, cooperando con los países de nuestro entorno; como nacional, fomentando lazos fuertes entre los sectores público y privado. En este sentido, España cuenta con un porfolio de instrumentos con la capacidad de revitalizar el sector. Entre ellos, destaca la estructuración fiscal de la I+D+i, un instrumento de amplio espectro que permite atraer recursos financieros privados y dirigirlos hacia nuevos proyectos de investigación, desarrollo e innovación.
Kaudal, líder en operaciones de estructuración de I+D en España, analizó tanto el funcionamiento como las ventajas de esta vía en su informe sobre el impacto de la estructuración fiscal en la inversión privada en I+D presentado apenas unas semanas antes del 12 de marzo. Así, la inversión privada se presenta como uno de los pilares clave para recuperar la actividad económica y el bienestar social en nuestro país. El fin último del instrumento de la estructuración fiscal en I+D+i es atraer inversión privada al ecosistema, clave para que este continúe creciendo. De acuerdo con el análisis de Kaudal, la herramienta presenta numerosos efectos sistémicos positivos: impulsa proyectos de gran escala, aumenta la transferencia de conocimiento hacia el mercado y tiene un coste moderado para la Hacienda Pública. Además, promueve inversión consciente y comprometida con el avance no solo económico, sino también social, contribuyendo de manera constructiva al crecimiento del país.
El análisis subraya especialmente la capacidad de la estructuración fiscal para atraer inversión nueva. De acuerdo con sus resultados, por cada euro invertido por la Administración Pública en innovación, la estructuración fiscal genera 1,75 € de inversión privada, de los que 0,75 € son nueva inversión.
Kaudal busca proyectos de I+D de empresas españolas para subvencionarlos mediante el instrumento de Mecenazgo Tecnológico. La subvención equivalente que resulta de utilizar este instrumento puede llegar al 40 % de los costes del proyecto. El Mecenazgo Tecnológico no implica entrada en el capital de la compañía y son elegibles proyectos de empresas pequeñas, medianas o grandes. La empresa investigadora debe renunciar a las deducciones fiscales generadas en el proyecto. El objetivo de Kaudal es cofinanciar un volumen de proyectos de 100 millones de euros antes de final de año, apoyando la recuperación de empresas tecnológicas e industriales en la difícil era post covid19 que las espera.
Kaudal, el impulso de las empresas innovadoras.