El proceso de mutación hacia la electrificación que está sufriendo la industria del automóvil es una de las transformaciones industriales que mayor impacto económico puede tener a corto plazo. Al margen de los objetivos medioambientales, sólo en lo que se refiere al prisma económico de este fenómeno, el cambio de la fuente de energía de las motorizaciones de los vehículos podría hacer tambalearse a la industria petrolífera a la vez que permitiría que florezcan nuevas oportunidades para otras industrias.
Uno de ellas es la del litio. Este mineral es clave en la fabricación de las baterías que almacenan la energía que propulsan los modelos más populares dentro del actual parqué de vehículos eléctricos. Un modelo de motorización que, en estos momentos, es el que mayor apoyo está teniendo por parte de la industria del automóvil ya que la mayoría de los principales modelos que tienen proyectados las marcas automovilísticas tendrán en las baterías de litio su principal fuente de energía.
Este contexto convierte al litio en un mineral tremendamente codiciado en este momento. Una circunstancia puede favorecer a uno de los territorios españoles más golpeados en los últimos años por la crisis económica. Extremadura cuenta con diferentes yacimientos que han despertado el interés de distintas compañías mineras que ya han planteado una serie de proyectos para estudiar la posibilidad de implantar ambiciosos proyectos de extracción en su territorio.
El más avanzado de estos proyectos es el desarrollo minero San José Valdeflórez, situado en Cáceres, que está impulsado por la australiana Infinity Lithium y en el que Sacyr cuenta con el 25%. Según la última versión del plan presentado, esta iniciativa plantea la extracción durante 19 años de litio. Además, las tareas de procesado alargarían la vida útil del proyecto hasta los 30 años. Estas estimaciones señalan que el yacimiento tendría potencial para fabricar baterías para 10 millones de coches.
Este proyecto ha conseguido un importante espaldarazo esta semana con el cierre de un acuerdo vinculante de financiación y colaboración con EIT InnoEnergy, el grupo público-privado de la Unión Europea que lidera la Alianza Europea de Baterías. La aportación económica inicial incluye una inversión por etapas de hasta 800.000 euros para financiar la primera fase de una planta piloto para el proyecto de litio.
En las siguientes etapas, el acuerdo recoge el compromiso para captar fondos en las siguientes fases de la planta piloto, que llegaría hasta 2,4 millones de euros y del desarrollo total del proyecto, cuyo presupuesto asciende a 300 millones. Además, el compromiso incluye el apoyo en la obtención de las aprobaciones ambientales y un acuerdo de licencia de propiedad intelectual. Dos elementos fundamentales para la puesta en marcha del desarrollo.
Dependencia europea de las importaciones
El espaldarazo de la Unión Europeo a la mina de litio extremeña tiene entre sus motivaciones la necesidad de reducir la dependencia exterior comunitaria de este tipo de materias primas. Entre los retos del giro a la electrificación de la industria de la automoción del Viejo Continente destaca el de mantener los 14 millones de puestos de trabajo que actualmente sustenta. Algo para lo que será clave generar nuevos oficios que compensen la desaparición de algunos tipos de trabajo que conlleva el cambio de motorización.
Pese a que es el segundo mayor consumidor mundial de derivados de litio, actualmente Europa tiene un gran déficit en su producción ya que no cuenta con ninguna planta en su territorio. China acapara el 55% del suministro de derivados de este mineral. Un mercado en el que Argentina y Chile también tienen posiciones importantes.
Esto ha provocado que el desarrollo minero San José Valdeflórez cuente con un importante apoyo comunitario. A nivel estatal, en el caso de que esta iniciativa prospere, también servirá como reclamo para que potenciales fabricantes de baterías se instalen en España.
Argumentos para los fabricantes
Contar con capacidad de producción de litio a gran escala, daría un argumento rotundo a las marcas automovilistas presentes en España para dotar a sus plantas de nuevos proyectos electrificados. Decisiones que jugarán un papel clave para que la industria española mantenga en el futuro su actual posición como segundo máximo productor automovilístico europeo.
Así las cosas, los próximos meses serán claves para la puesta en marcha de este proyecto. Si se cumplen los plazos, los impulsores del desarrollo minero pretenden comenzar las obras a lo largo de 2021. Con este calendario la planta sería capaz de poner en marcha su suministro a fabricantes de baterías a lo largo de 2023.
Los próximos tres años marcarán el futuro de un desarrollo minero que cuenta con un gran potencial de impacto. No sólo para la economía de la región, que se beneficiaría de la creación de cientos de empleos cualificados, sino para el sector de la automoción español en su conjunto.