Un anuncio en Twitter y cinco minutos después ya se habían agotado. Elon Musk conseguía una vez más hacerse eco en internet con su última creación: unos pantalones cortos valorados en 69.420 dólares. 

No es la primera vez que el fundador de Tesla llevaba a cabo una peculiar iniciativa de este estilo. Hace un tiempo sacaba al mercado su propio lanzallamas. Los pantalones cortos se unen así a la lista de ideas que, contra todo pronóstico, salen bien. Y triunfan. 

De hecho, aunque las iniciales que se leen en la parte trasera de los pantalones dicen "S3XY", el mensaje que Musk ha querido lanzar con esto se presta a otras interpretaciones algo más profundas. 

El nuevo producto de la tienda de Tesla son unos pantalones cortos Tesla Omicrono

Un mensaje para sus detractores

A simple vista podría parecer que las letras corresponde a los modelos de coche que la compañía tiene en el mercado. Sin embargo, se trata de una nueva manera de responder a las críticas. 

En realidad, Musk lanzaba estos pantalones "extracortos" en referencia a los inversores conocidos como bajistas (shorts) que apuntaban a una caída en bolsa de Tesla. 

Este tipo de operaciones entre inversores supone que los activos perderán valor en el futuro cercano. El procedimiento sería el siguiente: adquieren en préstamo unos valores que venden a un precio determinado. Si los valores caen en precio, se los devuelven al prestamista y se quedan con la diferencia del precio como beneficio. Sin embargo, al operar se esta manera se asume el riesgo de tener que abonar la diferencia si los valores suben. 

Tras agotarse las existencias, el fundador de la compañía quiso dejar constancia en Twitter de su gran operación. Es la manera que tiene el fundador de humillar a quienes intentan operar contra los intereses de su compañía. 

En las últimas semanas las acciones de Tesla no han dejado de subir, lo que demostraba el éxito de Musk y el avance imparable de la empresa, que no ha dejado de producir durante el pico de la pandemia. 

Este tipo de movimientos responden a una política iniciada por el propio magnate que consiste en influir de manera directa, y casi instantánea, en el rumbo de la empresa a través de su cuenta personal de Twitter.