Adif ve en el fondo de recuperación europeo una oportunidad única para culminar la mejora y modernización de la red ferroviaria española. Para ello, el administrador de infraestructuras ferroviario aspira a captar 16.000 millones de los 140.000 con los que contará España si se cumple el diseño inicial. Una opción que se ve como muy viable dado lo alineadas que están las líneas maestras de este fondo con la actividad ferroviaria.
Además, a diferencia de la anterior crisis de 2008, Adif cuenta con todas las capacidades para que esa inversión se acometa de forma rápida y el impacto se materialice rápidamente. Para ello, el equipo capitaneado por Isabel Pardo de Vera ha presentado una serie de iniciativas que no sólo se centran en la culminación de la red de alta velocidad.
Entre los proyectos que se dinamizaría con esos 16.000 millones tendrán gran presencia las Cercanías y la red convencional. En este punto, el acento se pondrá en la electrificación de toda la red para, de esta forma, poder prescindir del diésel como combustible para los trenes que tienen que circular por trazados sin acceso.
En lo que tiene que ver con los servicios ferroviarios urbanos, la medida está alineada con el plan que el antiguo Ministerio de Fomento presentó en los fallidos presupuestos de 2019. Unas cuentas que multiplicaban por tres la inversión ferroviaria en redes al margen de la la alta velocidad.
El objetivo en las inversiones en alta velocidad será contar con una red en la que los grandes corredores estén culminados y las conexiones claves para potenciar la unión con la modernizada red tradicional. Esto sumado al nuevo material rodante que llegará en los próximos años permitiría a España contar con una de las redes de altas presentaciones con mayor penetración de la Unión Europea.
Culminar los ejes clave del AVE
Al margen de los proyectos de próxima puesta en servicio, donde destacan Murcia, Burgos, Galicia o la variante de Pajares, los fondos del fondo de reconstrucción estarían centrados en los tramos que culminarán los ejes clave la red de alta velocidad española. En este sentido, la prioridad la tendrían los corredores Mediterráneo y Atlántico.
Otros puntos que se verán beneficiados por este impulso serán las conexiones de Extremadura y Cantabría, así como el impulso definitivo de la Y Vasca. Si finalmente se consiguen estos fondos, Adif contaría con munición para pisar el acelerador durante cinco años que pueden ser claves para la configuración de la red ferroviaria española.
Un impulso en el que se aprovecharía hacer un nuevo intento por cambiar de forma radical el estado del transporte de mercancías por ferrocarril. La electrificación, la modernización de la red convencional y el impulso de los corredores Meditérraneo y Cantábrico permitirían impulsar la competitividad que hoy no existe en la red española para aumentar el porcentaje de mercancías que optan por el ferrocarril.
Así las cosas, la velocidad con la que los Gobiernos europeos consigan cerrar la letra pequeña del gran fondo de reconstrucción marcará los tempos para que los principales proyectos ferroviarios españoles se culminen. Un factor que permitiría que, a diferencia del frenazo que vino tras la crisis de 2008, las compañías de infraestructuras puedan tomar impulso para hacer frente a los complejos ejercicios que se plantean mientras no se supere la crisis del coronavirus.