Sindicatos y Nissan han firmado la paz. Tras duras negociaciones y más de cien acciones en la calle, la actividad volverá a los centros de la marca nipona en Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca el 24 de agosto y la producción seguirá hasta el 31 de diciembre de 2021 sin salidas forzosas (sí voluntarias y prejubilaciones).
El preacuerdo, ratificado este jueves por la asamblea, recoge la creación de una comisión de trabajo para la reindustrialización constituida “de forma tripartita y paritaria” entre la dirección de Nissan, la representación de los trabajadores y las administraciones públicas (Generalitat de Cataluña y Gobierno de España).
Durante este casi año y medio que queda de actividad en las plantas catalanas de Nissan, esta comisión analizará, evaluará, decidirá y hará el seguimiento de un potencial Plan de reindustrialización. Los sindicatos tendrán voz y voto en el futuro de los centros si llega un inversor, algo que solicitaban desde que el 28 de mayo el CEO de la compañía, Makoto Uchida, anunciara oficialmente su cierre.
Y lo hay. Son varios los grupos que analizan con interés todas las ventajas, y también inconvenientes, de hacerse con las plantas así como la oportunidad industrial que representa instalarse en la Zona Franca y contar con una plantilla cualificada y de dilatada experiencia en la industria automovilística que ha fabricado y ensamblado todo tipo de vehículos.
De entre todos ellos, según ha podido saber Invertia de fuentes de la negociación, “existe una opción muy avanzada dentro del sector de la automoción que podría asegurar entre 1.500 y 2.000 empleos”. En el ERE estaban incluidos 2.525 trabajadores, por lo que supondría salvar entre el 60% y el 80% de la plantilla actual, a los que habría que restar las bajas voluntarias que habrá hasta el final de 2021.
Prudencia oficial
El secretario general de Industria y PYME en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Raül Blanco, confirma a Invertia la existencia de varios interesados en las instalaciones. “Estamos hablando de Zona Franca, no es un sitio cualquiera, aquí nació Seat y se situó Motor Ibérica; se trata de uno de los corazones industriales de España”, afirma.
Por este motivo, no todo vale para garantizar el futuro de las plantas. “Hay que trabajar para que sea un proyecto transformador para las próximas décadas al igual que fueron Nissan o Seat”, explica Raül Blanco a este medio. Por tanto, señala, en esa óptica debemos trabajar y no dejarnos tentar por proyectos que seguramente también podrían dar muchos puestos de trabajo, pero no tendrían ese potencial transformador”.
En este sentido, el secretario de Industria incluye en la operación todo el clúster de automoción entorno a Nissan del área metropolitana de Barcelona que es “muy potente y de primer nivel”. “También tiene que participar y verse beneficiado por los futuros proyectos”, destaca.
El secretario de Acción Sindical de la Federación de Industria de USO, Raúl Montoya, reafirma a Invertia que “estamos convencidos de que hay muchos interesados en instalarse y hacer una apuesta industrial por dónde están ubicadas las plantas”. “Ahora se trata de ver cuál es la mejor opción”, expone.
No obstante, en la conversión con Invertia, Raül Blanco muestra la máxima cautela al hablar de los interesados en Nissan Barcelona. “En estos momentos la prudencia, la confidencialidad y el trabajo discreto es lo que nos va a llevar al éxito, siempre en colaboración directa tanto con los trabajadores de Nissan como con la empresa que han de ser parte activa en estos proyectos de futuro”, afirma. Ni un detalle.
Trabajo garantizado tres años
Para todos los interesados en las plantas de Nissan en Barcelona, deben saber que el acuerdo ratificado el jueves incluye una serie de premisas. Para empezar, la empresa se compromete a incluir en el contrato con el posible inversor la garantía de contratación prioritaria de los trabajadores afectados por el procedimiento de despido colectivo, con una especial atención a los trabajadores con minusvalía reportada, así como los nacidos en los años 1970 y 1971.
Además, Raúl Montoya indica a Invertia que “vamos a exigir un plan de viabilidad al inversor que quiera venir a Nissan y sobre todo hemos metido dos cláusulas que son muy importantes: tiene que garantizar al menos tres años de continuidad de la plantilla y el salario será el del convenio sectorial de referencia más un 25%”. “Son cláusulas importantes porque ofrecen cierta estabilidad a la plantilla”, asegura el secretario de USO.
Por si fuera poco, el acuerdo refleja la existencia de una penalización, 25.000 euros como mínimo, en caso de que la empresa no cumpliera el compromiso de los tres años de continuidad de la plantilla. “Esta cantidad estaría entre el salario que hubiera percibido como trabajador de la firma nipona y los salarios percibidos por la nueva empresa que le contrate”, según indica Rául Montoya. “La pagaría Nissan”, sostiene.
Mientras se cierra la entrada de un inversor que se haga cargo de las instalaciones y la plantilla, Nissan ha asegurado que procederá a la contratación de un servicio de recolocación (outplacement) a través de una empresa especializada por un período de doce meses. Ahora toca celebrar el acuerdo, descansar y coger fuerzas; unos para la vuelta al trabajo el 24 de agosto, todos para cerrar la entrada del inversor.