CCOO y UGT han escenificado hoy su coordinación en su lucha contra los despidos en el sector de la aeronáutica reclamando una mesa conjunta entre los gobiernos --nacional y autonómicos--, las empresas y las organizaciones sindicales para paliar así las secuelas “coyunturales” que está dejando la crisis sanitaria de la Covid-19 en la industria.
En rueda de prensa en Sevilla, ambas organizaciones han sido francas: un resfriado de Airbus es una neumonía para el sector. Valorando la utilidad que han tenido los ERTE durante todo el año, han reconocido que septiembre ha supuesto un antes y un después ante la cascada de ERE por parte del tejido empresarial.
En este sentido, las organizaciones han dado un paso adelante y han solicitado la coordinación de la situación por parte de las administraciones, tanto a nivel nacional como a nivel autonómico. “Los gobiernos tienen que tomar la rienda de la situación porque es necesario para este sector”, han afirmado añorando planes para la aeronáutica como el de Francia o como el destinado al automóvil en España.
“La defensa del sector pasa por defender el empleo” han abanderado a la par que han anunciado que han solicitado reuniones con el Ministerio de Industria y la Consejería andaluza de Industria para que tomen protagonismo ante los despidos que podrían superar los 7.000 tras los últimos anuncios de Aciturri y Alestis.
Consideran que el daño ya está hecho y, pese a la acción de los gobiernos, “ya vamos tarde”. “Un problema coyuntural no se puede solucionar adelgazando la plantilla”, han coincidido ambos sindicatos señalando que desconocen en qué situación quedarán aquellos trabajadores que no sean despedidos.
Movilizaciones en septiembre
“No podemos esperar a que se dignen a adoptar medidas”. Así de tajantes se han mostrado ambos sindicatos que están ya ultimando el calendario de movilizaciones a nivel nacional. Prevén que se inicien en el mes de septiembre y descartan desconvocarlas aunque las reuniones con las administraciones lleguen a buen puerto.
País Vasco, Castilla La Mancha, Madrid y Andalucía serían las comunidades autónomas que quedarían más heridas y cuyo futuro comienza a decidirse esta misma semana. Las empresas han constituido las mesas de negociación en la que los sindicatos rechazarán los ajustes anunciados. “Una cosa es colaborar entre nosotros y otra cargarnos el sector”, han zanjado.