El grupo de telecomunicaciones Oi da nuevos pasos para salir de su difícil situación de quiebra. Al proceso de venta de activos puesto en marcha, al que opta Telefónica para su negocio de móviles, la firma brasileña ha anunciado un potente plan de reestructuración que incluye bajas voluntarias que afectarán a unos 2.000 empleados, un 15% de su plantilla. 

Al menos, esa es la adhesión que se ha marcado conseguir la compañía, dentro de su plan de transformación, enfocado también en centrar su negocio en proveer de infraestructuras de telecomunicaciones en el país.

Según informa Reuters, la compañía ha explicado a sus trabajadores que el plan ofrecerá diferentes condiciones, que incluyen una parte con indemnizaciones según la antigüedad de los empleados, así como la extensión de beneficios como el seguro médico, dental y de vida, entre otras concesiones.

Aun así, la compañía no especificó la cantidad que destinará a las indemnizaciones. 

En 2016, Oi se declaró en quiebra y fue en septiembre de este año cuando los acreedores de la operadora aprobaron cambios en el plan estratégico, que en principio permitirán la venta de algunos de sus activos y allanarán el camino para una amplia reestructuración del negocio del grupo, incluida la salida del operador del sector móvil.

Es en este punto donde desde hace meses entró a jugar Telefónica, en su intento por ganar cuota en el segmento de móviles del país latinoamericano. La adquisición que reforzaría la posición de la compañía española en Brasil, uno de sus cuatro mercados clave de la teleco junto con España, Reino Unido y Alemania.

La compañía presidida por José María Álvarez-Pallete, forma parte de un consorcio formado junto con sus rivales TIM y América Móvil, que ya han llegado a un acuerdo de exclusividad con Oi para negociar la compraventa del negocio del cuarto operador brasileño de telefonía móvil, algo que convierte al grupo en el "primer licitador" y le otorga derecho de tanteo sobre cualquier otra oferta que se presentase.