En una industria cada vez más sofisticada y automatizada como la automotriz, el hombre convive con los robots en su día a día. La planta de Stellantis (la unión de Fiat y el grupo PSA) en Zaragoza suma una superficie que ronda los 525 campos de fútbol, pasillos y pasillos de máquinas automatizadas, piezas que son moldeadas y transportadas sin ser tocadas por manos humanas, kilómetros de líneas y miles de herramientas para el ensamblaje de los vehículos.
Poner esta combinación de hombre y máquina a pleno rendimiento para alcanzar el objetivo de 500.000 vehículos producidos al año requiere mucha electricidad. Por ello, el grupo automovilístico se ha marcado el reto de lograr la neutralidad energética en 2030 y este viernes ha dado un paso importante hacia el autoconsumo.
Consiste en la puesta en funcionamiento de una planta solar fotovoltaica, la primera de todo Stellantis, con 19.200 paneles que ocupan 87.000 m2; (doce campos de fútbol) y poseen una capacidad de generar 8.640 KW en momentos pico. Algo así como la electricidad necesaria para 1.500 hogares. Solo esta instalación suministra un 15% del consumo anual de la factoría de Zaragoza.
Antes de que finalice el año, aunque podría alargarse unos meses, la planta zaragozana de Stellantis tiene previsto instalar tres aerogeneradores. Además, en la mente de sus directivos está la ampliación del parque fotovoltaico por el este y el norte con la marca en mente de alcanzar los 20 MW de potencia para cubrir toda la demanda eléctrica de la factoría.
Plantas verdes para coches verdes
Este proceso de autoconsumo en la planta de Stellantis en Zaragoza no es más que un engranaje más en una cadena transformadora de tanto la producción como el producto dentro de todo el grupo automovilístico.
Silvia Alías, responsable ambiental de Stellantis Zaragoza, apunta que más allá del autoconsumo “seguimos una estrategia de descarbonización por delante de los objetivos marcados por la Unión Europea para 2050”. “Actualmente, para reducir las emisiones de CO2 directas e indirectas el 100% de la electricidad que compramos es de origen verde”. Del mismo modo, la planta de cogeneración de Figueruelas ha sido calificada como de alta eficiencia.
El grupo estableció en 2020 el objetivo para todas sus plantas de ser una factoría Green Factory en un plazo de diez años. El primero, la mencionada neutralidad en emisiones de CO2. Además, se han establecido diferentes indicadores ambientales para reducir residuos, aguas, emisiones de compuestos orgánicos volátiles y CO2, así como mejora en el indicador de biodiversidad, ratio de recuperación y ratio de uso de energías renovables.
Este concepto de Green Factory va de la mano de la electrificación de la flota que produce el grupo Stellantis. El objetivo es que en 2025 el 98% modelos que comercializan las trece marcas que componen el gigante del motor tengan una versión eléctrica.
En este camino, las plantas españolas avanzan con paso firme y las tres producen versiones 100% eléctricas de algún modelo. La de Vigo, el Peugeot e-2008; la de Madrid, el Citroën ë-C4; y la de Figueruelas, el Opel Corsa-e. Las plataformas multimodales permiten adaptar la construcción de vehículos de combustión, híbrido o eléctricos 100% según la demanda, lo que aporta una gran flexibilidad y la capacidad de no parar nunca las líneas.
Para que estos coches eléctricos funcionen hacen falta baterías. El grupo Stellantis ya posee dos fábricas en Europa (Francia y Alemania) y a medida que la electrificación avance, admite el directo de la planta de Zaragoza, Manuel Munárriz, “habrá que abrir más”.
En el caso de la factoría de Zaragoza, han puesto en funcionamiento un taller de baterías con capacidad para ensamblar 18-20 unidades a la hora. “Con eso seríamos capaces de suministrar la demanda actual de coche eléctrico, pero para cumplir los objetivos de producción y de emisiones que vienen de la Unión Europea es posible que haya que ampliarlo o pensar en una mayor capacidad”, pronostica el director de la planta.