En 2015, aterrizó en España Easyoffer, una startup llamada a revolucionar el mundo legal en internet actuando como conexión entre los clientes que precisan un servicio legal y los abogados que lo prestan. Firmaron grandes acuerdos con empresas como Airbnb y los medios se hacían eco de un futuro prometedor. Sin embargo, seis años después, sus creadores, los hermanos daneses Martin y Thomas Andersen, 'salieron por patas' de España de la noche a la mañana, dejando tirados a clientes y empleados y quebrando una empresa. ¿Qué le ocurrió a la startup modelo?
Se podría decir que esta es la historia del auge y caída de una startup que pensó que España era el paraíso de los negocios y se llevó un duro varapalo. Así que empezaremos por el principio: su llegada. Fue en 2015, de la mano de los dos hermanos daneses que plasmaron la idea de un negocio exitoso en el norte de Europa y Estados Unidos.
El objetivo de esta empresa era ser la plataforma de referencia en España para la búsqueda de asesores y abogados especialistas haciendo más fácil la conexión entre usuarios y los mejores servicios de abogacía y asesoría disponibles. Todo ello online.
En tan solo dos años, más de 20.000 clientes ya habían utilizado los servicios de Easyoffer para encontrar al especialista que necesitaban. Llegaron a contar con 5.000 abogados y asesores.
Poco a poco fue creciendo. En 2017, Easyoffer y Airbnb llegaron a un acuerdo de colaboración para que las personas con pisos turísticos que se vieran afectadas por sanciones impuestas por el Ayuntamiento de Barcelona pudieran acceder a asesoramiento específico a través de este marketplace legal.
Por aquel entonces, la compañía pronosticó que cerraría 2017 con una facturación de medio millón de euros y su objetivo para 2018 era alcanzar el millón de euros. Momento en el que además decía estar centrada en su expansión nacional para dar el salto fuera de España en 2018. Ninguno de los dos objetivos se cumplieron: 2017 lo cerró con 410.951 euros de facturación y nunca dieron el salto fuera aunque acabaran huyendo de España.
No obstante, la facturación de la compañía creció hasta rozar en 2019 el millón de euros (966.817 euros), según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil. De hecho, ese año fue el único en el que fueron rentables con un beneficio de 137.757 euros.
En cinco años consiguieron el hito de dejar de perder dinero para ganarlo. Para saborear el éxito, los hermanos invitaban a sus empleados a galletas danesas de mantequilla. Una seña de identidad de Dinamarca.
Su pico de éxito les llevó a tener convenios con despachos grandes en Cataluña, Madrid, Málaga y País Vasco, entre otras comunidades. Además de una colaboración con Legálitas, a los que desde Easyoffer se les pasaba casos para que ellos captasen los clientes. Pero llegó la Covid y los problemas para la empresa.
La caída
Ya sin galletitas de mantequilla, los dos hermanos reunieron a sus trabajadores el 22 de julio de 2020 para anunciar a la plantilla de 17 trabajadores que iban a poner en marcha un ERE alegando “que no estaban registrando beneficios desde hacía tiempo”, explica un trabajador afectado a este medio. Y todo ello, después de realizar una rebaja en los salarios de los empleados meses antes.
De hecho, ya les comunicaron que la nómina de julio no la podían abonar. “Se fueron en teoría a principios de agosto a Dinamarca, pero nadie ha vuelto a saber nada de ellos desde la última reunión”, señala el trabajador.
Meses después se declaró en concurso de acreedores en el que se acordó la intervención y suspensión de las facultades de administración y disposición del concursado. El pasado 2 de marzo, el Juzgado de lo mercantil número 12 de Madrid concluyó el concurso de acreedores por insuficiencia de la masa activa, según consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme).
Situación que se da a raíz de que el deudor no tiene suficiente patrimonio con el que pagar a los créditos de sus acreedores. En estos casos, urge concluir el concurso lo antes posible para evitar que se incrementen más las deudas, según expertos consultados por este medio.
Paradojas de la vida, los trabajadores que ayudaban como intermediarios en Easyoffer en casos legales asignando abogados acabaron necesitando asistencia legal para pleitear contra la startup que a día de hoy todavía les debe dos nóminas y parte de otra. De momento, siguen sin cobrar sus nóminas y tampoco saben nada de los hermanos daneses. Lo que sí que es cierto es que la sociedad ha sido extinguida a pesar de que su web sigue activa.