El interés político de la operación radica en la importancia que tanto desde Moncloa como desde Sabin Etxea se pretende dar a la reindustrialización de la economía en la etapa post-Covid. Una hoja de ruta en la que ITP Aero encaja a la perfección.

Como explicó Invertia a comienzos del mes de julio, los contactos políticos han sido constantes durante todo el proceso de la operación. Gobierno y PNV coinciden en la necesidad de contar con compañías que cuenten con sus centros de decisiones y sus apuestas en materia de I+D en un momento clave para el desarrollo de la industria 4.0.

La digitalización y el desarrollo de nuevos procesos industriales guiados por la sostenibilidad van a marcar unos años que supondrán un ahora o nunca para muchas de las compañías con peso en el sector industrial. Esto hace clave para la agenda política de ambos que compañías como ITP cuenten con accionistas de referencia locales.

Salida de Sener en 2016

Con la culminación de esta operación, se remienda una de las decisiones corporativas más complejas de Sener. Y es que, en 2016 la empresa de ingeniería se vio obligada a deshacerse de su participación en ITP en un movimiento corporativo tan rentable como traumático para la compañía vasca.

Los 720 millones conseguidos en la operación supusieron una importante inyección de capital para la empresa en un momento complejo. La operación valoró a ITP en algo más de 1.400 millones de euros. Del mismo modo, esta decisión supuso desprenderse de los activos que le generaban el 50% de sus ingresos. 

Ahora, el contexto económico y la aceleración de políticas industriales en materia de sostenibilidad han sido factores fundamentales para que Sener vuelva a apostar por tomar una participación en la compañía aeronáutica. Las importantes oportunidades de negocio que se abren en el horizonte hacen de ITP un activo con enorme potencial a medio y largo plazo. 

Mal momento de Rolls-Royce

Rolls-Royce anunció durante el verano pasado su intención de desprenderse de ITP. Tras registrar pérdidas valoradas en 6.000 millones de euros, el fabricante de motores se vio obligado a poner sobre la mesa una política de desinversiones entre las que se encontraba la compañía por la que hoy pujan Bain y Sener. 

El tremendo impacto que la crisis del coronavirus ha tenido en la industria aeronáutica agudizó la compleja situación que ya atravesaba Rolls. Y es que, la compañía va a tener que afrontar durante los próximos años importantes retos en materia de innovación para adaptar su producto a las necesidades futuras del mercado.

La política de reducciones de emisiones puesta en marcha por multitud de países hace más necesario que nunca que el sector aeronáutico acometa una profunda disrupción para modificar el impacto de la actividad aérea en el medioambiente. Un camino para el que serán necesarias importantes inyecciones de capital que la venta de ITP facilitará.

Así las cosas, una de las operaciones corporativas que más atención ha acaparado durante los últimos 12 meses toca a su fin. Una vez culmine, los nuevos gestores de la compañía aeronáutica deberán poner en marcha las líneas maestras de la estrategia de la nueva ITP. Unas metas en las que, irremediablemente, primarán la innovación y la apuesta por la sostenibilidad.