Los seguros de coche llevan décadas siendo uno de los pilares del negocio asegurador. La obligatoriedad de contar con uno de estos productos ha hecho que las compañías aseguradoras tuvieran una extensa y fértil parcela en la que desplegar estrategias de lo más diversas para conseguir clientes duraderos y con buenos niveles de rentabilidad.
El gasto medio anual de los hogares españoles en seguros de coche supera los 580 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 79% de las unidades familiares cuenta con uno de estos productos. Tanto es así que contamos con 32 millones de vehículos asegurados. Una cifra que provoca que uno de cada dos recibos de seguros se corresponden al ramo de la automoción.
Del mismo modo que se puede observar que el mercado asegurador en la rama de auto tiene un gran tamaño, es importante destacar que es, con diferencia, el más competido. Una tendencia que ha ido evolucionando durante las últimas décadas y que se aceleró en el cambio de siglo. El nacimiento de los productos digitales abrió una guerra comercial en el automóvil que lo convirtió en un campo de batalla muy exigente.
Ahora, a este contexto ya de por si complejo, se suma otro elemento. El rol del automóvil está cambiando. Las nuevas generaciones ya no ven tan necesario contar con un vehículo en propiedad. Un indicador de esta tendencia lo vemos en que cada vez se retrasa más la edad a la que los jóvenes se sacan el carné de conducir. En 2020 se registraron 283.606 permisos de conducir nuevos frente a los 358.282 de 2017.
Un sector en plena efervescencia
Una tendencia que no parece que vaya a cambiar en los próximos años, salvo para acelerar. La apuesta por vivir en ciudades, la multitud de nuevos servicios de movilidad urbana e interurbana que están surgiendo y la automatización de la conducción van a hacer evolucionar la movilidad individual durante los próximos años.
Actualmente, las aseguradoras son las compañías que mejor conocen los usos y costumbres con los que los usuarios se relacionan con la movilidad individual. Ningún sector cuenta con información más detallada y más longeva sobre los conductores. Ni fabricantes, ni gestores de infraestructuras cuentan con una información tan profunda del sector como el de las aseguradoras, ya que son el elemento que acompaña durante más tiempo a los usuarios.
A la vez, el mercado en el que operan cada año mengua y evoluciona. El sector asegurador se enfrenta a cambios estructurales en una de sus ramas de negocio históricas. Una serie de nuevos condicionantes que están provocando que las compañías se muevan y también vivan su propia mutación.
Este es el caso de Mutua Madrileña. La compañía aseguradora ha redoblado su apuesta por la movilidad durante los últimos años. Una línea estratégica que ha estado en el punto de mira de su máximo ejecutivo, Ignacio Garralda, quien lleva años pronosticando cambios importantes en este negocio.
Así lo explicaba en 2019 durante la presentación de resultados de la empresa: "Nuestras proyecciones respecto a la venta de autos nos dicen que en ciudades como Madrid va a haber menos horas rodadas, menos uso del coche y menos siniestralidad. Si esto pasa tendremos que adecuarnos a estos cambios".
Conocer invirtiendo
Durante esa misma comparecencia, además del diagnóstico, Garralda dejó entrever sus planes para los próximos años. "Sabemos que la mejor manera de tener presencia en un negocio es invertir dinero y estamos dispuestos a hacerlo". Dicho y hecho.
En una primera fase, Kibo Ventures y Antai Venture Builder, los vehículos que Mutua utiliza para invertir en empresas de base tecnológica, recibieron el mandato de realizar un seguimiento especialmente intensivo a las start-ups centradas en el negocio de la movilidad. Un periodo en el que se realizaron las primeras inversiones pero en el que, sobre todo, Mutua aprovechó para entender el momento y las oportunidades que existían.
Sólo en 2019, Mutua formalizó su entrada en la empresa de micromovilidad Movo, en la plataforma de servicios de movilidad Chipi y en la empresa de alquiler de coches Centauro. Tres operaciones que, aunque algunas de ellas no se concretó la magnitud de las inversiones, supusieron el desembolso de cerca de 140 millones de euros, según indicaron en ese momento fuentes del sector.
Con estos tres movimientos Mutua Madrileña se posicionó en tres segmentos claves de la nueva movilidad: los operadores de micromovilidad, las plataformas y los servicios tradicionales. Además, la compañía creó la sociedad Mutuamad Sharing, en la que centralizó su actividad dentro de esta industria.
Nuevo acelerón en la estrategia
La llegada del coronavirus frenó esta estrategia durante 2020. La compleja situación que generó la pandemia provocó que todos los recursos se centraran en hacer frente al desafío que ha supuesto la crisis sanitaria. Una vez retomado el rumbo, gracias al avance de la vacunación, Mutua Madrileña ha decidido dar un nuevo acelerón a su estrategia.
Sin ir más lejos, esta misma semana Mutua ha dado un gran paso adelante en esta estrategia de movilidad, uno de los puntos fuertes de su Plan Estratégico 2021-2023. La aseguradora ha adquirido las plataformas ElParking e Imbric de manos del fondo Portobello Capital a través de una operación cuyo importe no ha trascendido.
La aplicación ElParking, que tiene casi dos millones de usuarios y está presente en más de 160 ciudades, ofrece asistencia y servicios al conductor, como pagar el ticket de aparcamiento regulado en las ciudades, reservar y pagar en aparcamientos públicos o en plazas de garaje privadas, repostar en gasolineras y puntos de recarga eléctrica o reservar y pagar la ITV, entre otros.
Por su parte, Imbric, presente en más de 300 ciudades de España y Europa, muestra las diferentes opciones de transporte urbano existentes, tanto públicos como privados, y permite desde la propia aplicación su contratación y pago.
Y es que la diversificación se ha erigido como punto clave del nuevo plan estratégico de la compañía, continuando en la senda marcada por el anterior. En el marco del mismo, la aseguradora lanzó hace dos años y medio su servicio EcoMutua, una línea específica de seguros para vehículos ecológicos, y se integró en la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (Aedive).
Así las cosas, Mutua Madrileña ha tomado posiciones para tener mucho que decir en la nueva era de la industria de la movilidad. Unos movimientos que, además de compensar las transformaciones que puede vivir su negocio tradicional, permitirán a la aseguradora tener mucho que decir en uno de los negocios que más afecta al día a día de los ciudadanos. Quien sabe si en unos años la 'M' de Movilidad pesa tanto o más que la 'M' de Madrileña en el negocio de la compañía.