El ser humano es ya un ser digital. Móviles, ordenadores, tablets, pantallas, relojes inteligentes, transporte eficiente... cada vértebra de la rutina social está impregnada de tecnología. La relación entre ciudadano y digitalización alcanzó un nivel diferente con la pandemia del coronavirus, una situación de crisis sanitaria que planteó dos disyuntivas: la primera, la importancia de contar con una potente red de interconexión digital; y la segunda, la necesidad de invertir y apostar por el 5G para ir un paso más allá.
La pandemia ha implementado cambios rápidos y radicales en la forma en la que nos relacionamos con el entramado digital, además de haber acelerado la digitalización de muchas actividades, tanto en la esfera económica como en la vital. En la coyuntura actual, el rol del 5G se convierte en primordial.
Cellnex, el principal operador europeo de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas, ha indagado en los desafíos, realidades y mitos del 5G para evidenciar los retos del futuro y las mejoras del presente. La compañía ha analizado, así, la amplitud de sectores que dicha red puede mejorar y potenciar.
¿Qué es el 5G?
El 5G, como bien indican sus siglas, es la quinta generación de la telefonía móvil, la última tecnología de banda ancha inalámbrica que superará a la actual -el 4G- en velocidad, cobertura y prestaciones.
Antes de indagar en las infinitas posibilidades del 5G, cabe explicar las diferencias que presenta con respecto al actual sistema. El 5G es una verdadera revolución gracias a sus potentes mejoras tecnológicas. Su idea es convertirse en pieza clave de la interconexión global: además de cambiar la forma en la que nos comunicamos, multiplicará la capacidad de conectar a objetos mundanos (neveras, automóviles, autopistas, quirófanos) y seres humanos en tiempo real.
El objetivo del 5G es convertirse en una fuerza transformadora en el tejido industrial y de servicios, desarrollando su labor como componente esencial en el avance tecnológico, la competitividad y la modernización de la sociedad.
Refutando el mito
Una de las principales críticas hacia la tecnología del 5G ha sido la falta de aplicaciones concretas en los últimos años. Se achacaba a este nuevo sistema una ausencia de demanda por parte del mercado para los nuevos servicios que ofrecía. Asimismo, se consideraba un entramado tecnológico falto de madurez.
Entre los mitos más extendidos de la aplicación del 5G a casos tangibles se encuentra la demanda de servicios, las teorías sobre los supuestos efectos perjudiciales en la salud y el medioambiente o la elevada inversión que ésta requiere.
En España, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital adjudicó en julio de 2020 ocho nuevos proyectos piloto de tecnología 5G con un presupuesto agregado de casi 40 millones de euros para "promover una demanda temprana que facilite experimentar con las diferentes potencialidades de esta tecnología".
Un informe realizado por EVOCA, empresa de especializada en comunicación, y en el que Cellnex ha colaborado, El 5G hoy: realidad y mitos encontramos un listado de ejemplos que refutan la idea de que el 5G no cuenta con aplicaciones suficientes en la actual sociedad. El primero de ellos es la salud, sector que requiere de una mayor inversión, principalmente tras la evidencia de la Covid-19. La compañía sugiere que el 5G en el sistema sanitario podrá potenciar la atención primaria en remoto, así como implementar una amplia red de inversión tecnológica en los quirófanos, por ejemplo.
Un caso real de empleo de dicha tecnología en el sistema sanitario se puede encontrar en el Hospital Quirónsalud Málaga, un proyecto conjunto con Telefónica en el que han desarrollado el primer sistema de asistencia en operaciones quirúrgicas basado en la integración de datos médicos por medio de la realidad aumentada.
Este plan permitió que se pudieran realizar hasta siete cirugías endoscópicas digestivas en el hospital malagueño, asistidas en remoto desde Japón mediante el 5G y la realidad aumentada.
Su aplicación va más allá del sector sanitario: también puede convertirse en una tecnología esencial en los transportes, sobre todo en el desarrollo del vehículo autónomo; y cuenta con una importancia masiva en el mundo de la agricultura.
En el ejemplo particular de los transportes, otra aplicación del 5G se puede encontrar en el Puerto de Algeciras, el primer puerto español, y cuarto a nivel europeo, en carga total y transporte de pasajeros. Vodafone y Huawei han colaborado en un proyecto piloto que emplea dicha tecnología en los procesos de control y seguridad de la bahía.
Este uso del 5G ha permitido mejorar los tiempos de respuesta en la resolución de incidencias, la creación de un streaming en directo para supervisar el puerto o el incremento de la autonomía y productividad de los operarios.
En el espectro alimenticio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que será necesario cultivar un 70% más de alimentos de cara a 2050 debido al progresivo aumento de la población y la escasez de materias primas, lo que obligará a mejorar y hacer más eficientes los procesos de producción. En este escenario, la tecnología 5G entra en escena.
Uno de los ejemplos en los que ésta se ha empleado para potenciar el mundo agrario tiene lugar en Málaga. Cellnex, de la mano de Vodafone, ha colaborado en un piloto en Vélez junto con la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) que ha consistido en dotar de inteligencia a las máquinas recolectoras para que sean capaces de decidir en tiempo real si el fruto está preparado para ser recolectado.
Asimismo, el 5G también brinda un amplio abanico de oportunidades de mejora a sectores como el audiovisual o el del espectáculo, o a la propia industria con nuevos modelos de negocio que fomenten la productividad.
Cuidando el impacto medioambiental
El mundo actual vive en una corriente de preocupación con respecto a la crisis climática. La Cumbre del Clima en Glasgow, el G20 en Roma... todos los eventos institucionales abordan ahora las cuestiones medioambientales más alarmantes.
Una de las críticas más constantes hacia la tecnología 5G es su impacto medioambiental. El despliegue y el funcionamiento de sus redes traen consigo unos determinados niveles de consumo de energía y de emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, ésta busca ser más respetuosa con el medio.
Aunque la estimación de su impacto medioambiental es un objeto de debate, si se comparan las redes 2G-4G con las 5G en cuanto a emisiones por unidad de dato transmitido, el resultado es que la quinta generación es un 85% menos contaminante.
En definitiva, el 5G ha venido para quedarse: sus posibilidades esgrimen muchas más capas del tejido social y habilitan un nuevo escenario en el que todo está recorrido por una tecnología que facilitará el día a día de los usuarios más allá de la comunicación.