Santa Bárbara, tras la venta de la SEPI por cinco millones: ahora en un consorcio y con la mitad de las fábricas
La empresa pertenece a la estadounidense General Dynamics, uno de los mayores contratistas de defensa. Ha cerrado o vendido cinco plantas.
4 febrero, 2022 04:02Noticias relacionadas
Aunque Santa Bárbara es la patrona de los astilleros, llevar su nombre parece no haberle traído buena fortuna a los empleados de Santa Bárbara Sistemas. No al menos desde que cayeron en manos de los estadounidenses General Dynamics, uno de los mayores contratistas de defensa del mundo.
La SEPI vendió a Santa Bárbara en el año 2000 por cinco millones de euros y, desde entonces, ha ido perdiendo fábricas. De hecho, ahora solo quedan las factorías de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y la de Trubia (Oviedo), además de las instalaciones de Madrid. Recientemente, la compañía ha despedido a casi el 10% de la plantilla sevillana y a tres trabajadores madrileños.
La empresa ha anunciado al Gobierno de Asturias su plan para concentrar la producción de blindados de Defensa en esa planta. Tras haber despedido a 21 trabajadores sevillanos y tres madrileños, Santa Bárbara ha convocado una reunión el lunes para explicar su hoja de ruta. Por el momento, la plantilla teme que se cumplan sus peores presagios y que los despidos continúen.
Su privatización
La empresa nacional pasó a convertirse en una filial de General Dynamics Combat System Group en julio de 2001. Según el plan industrial que presentó la estadounidense a la SEPI, Santa Bárbara contaba con una sede central en Madrid y un centro tecnológico en Paracuellos.
Sus tres áreas de negocio se repartían entre siete fábricas. Por una parte, los vehículos, la artillería y los componentes se concentraban en las factorías de Sevilla, Trubia y Oviedo.
Las tareas relacionadas con municiones, pólvoras y explosivos se desarrollaban en Palencia, Murcia y Granada, mientras que las armas ligeras se concentraban en La Coruña.
Ocho años después de su privatización, la factoría de Murcia cambió de manos. General Dynamics la vendió a Explosivos Alavesas (Expal), que asumió también a su plantilla de 80 trabajadores.
El peor año fue 2012
Para Santa Bárbara, el peor año fue 2012. La empresa anunció 82 despidos en la factoría de Sevilla, 280 en la de Trubia, 54 en la de Granada y 92 en las instalaciones de Madrid. Además, en ese mismo año la compañía vendió la fábrica de Palencia al grupo noruego Nammo. Los 232 trabajadores de su plantilla fueron asumidos por el grupo noruego, según informó entonces 'ABC'.
Solo un año después, cerró la fábrica de armas de Oviedo. La empresa despidió a 55 trabajadores y alrededor de 300 se prejubilaron. En Galicia, la factoría corrió una suerte similar, se clausuró en 2013 cuando la empresa contaba con 180 empleados en La Coruña.
Granada, la última que vendió
La última en caer fue la de Granada. La fábrica de munición más antigua de España fue vendida hace solo dos años al grupo eslovaco MSM y este movimiento supuso que Santa Bárbara abandonase el sector de la munición en España.
Después de todos estos cierres, en Madrid se ha ubicado la sede central de Santa Bárbara, mientras que en Trubia se han encargado del ensamblaje y en Sevilla del acabado final y entrega del producto. Pero ahora, según ha informado el gobierno asturiano, la empresa ha decidido que se concentren en Asturias tareas que hasta la fecha se realizaban en Sevilla como el montaje, la integración y las pruebas.
General Dynamics
La sede europea de General Dynamics está en Madrid y cuenta con 2.400 empleados repartidos entre sus sedes de Austria, República Checa, Alemania, Suiza y España, según indica la empresa.
Santa Bárbara, que fue la primera empresa que el grupo compró en Europa, atesora grandes hitos como haber empezado a fabricar cañones para la Armada Española en 1540.
Actualmente, se encuentra trabajando en la primera fase del programa de vehículos de combate sobre ruedas (más conocidos por sus siglas VCR) 8X8 Dragón, un encargo de 348 unidades de blindados para el Ejército de Tierra por un importe cercano a los 2.000 millones de euros.
En un primer momento, el contrato se adjudicó en solitario a Santa Bárbara por un procedimiento sin publicidad, pero poco después el Ministerio de Defensa declaró desierto el contrato por "incumplimiento de varios requisitos".
Finalmente, anunció una licitación pública y el Consejo de Ministros dio luz verde a que Indra Sistemas, Sapa Placencia, Escribano Mechanical y Santa Bárbara constituyeran una sociedad para encargarse de ejecutar el programa.