Rosas rojas por San Valentín.

Rosas rojas por San Valentín.

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San Valentín no salva al sector de la flor cortada: récord de precios, escasez de producto y pérdidas del 25%

La sequía acosa al sector sin posibilidad de almacenar agua de las precipitaciones y cada vez menos dotación de la comunidad de regantes.

12 febrero, 2022 04:32

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El amor no tiene precio, pero sorprender a tu pareja en este San Valentín te costará más que nunca. La escasez de flores y el aumento de los costes de producción han llevado al sector de la flor cortada a récord de precios.

Las ventas por esta festividad no están salvando al sector, que se encuentra en una etapa complicada y arrastra pérdidas del 25% como consecuencia de la sequía, de la pérdida de floricultores que decidieron dedicarse a otros cultivos o de la escasa variedad del producto. 

En definitiva, las flores escasean en este San Valentín. Algunas variedades no estarán disponibles, aunque si por algo se caracteriza esta fecha es por ser fiel a las rosas. En 2020 sí hubo campaña de San Valentín, pero el resto del año "fue un desastre total" y la facturación "cayó en picado" tras la cancelación de la mayoría de eventos sociales.

Un ramo de flores

Un ramo de flores

Son palabras de la presidenta de la Federación de Floristas y Plantas, María Castillo, que hace hincapié en que el sector arrastra pérdidas en torno al 25%. "Pasamos a no tener oferta, el producto se ha encarecido y ahora las ventas son muy irregulares", precisa a EL ESPAÑOL-Invertia.

A esta difícil tesitura se une lo que el sector considera "una campaña de desprestigio directo". La representante de los floristas añade: "Hay una moda en las empresas, desde aerolíneas hasta entidades bancarias, de anunciarse en San Valentín atacando al sector con lemas como 'No se lo digas con flores, díselo con un viaje'".

Fertilizantes y electricidad

"Están más caras, pero es el precio que deben tener para que el productor pueda seguir adelante con el incremento que tenemos de los costes de fertilizantes y electricidad", explica a este medio José Luis Overo, un productor de flores de Lebrija (Sevilla). 

La subida de la energía eléctrica y el encarecimiento del transporte son factores que asfixian tanto a los productores como a los floristas. Las floristerías son negocios que precisan de una fuerte iluminación para resaltar los colores de las plantas. 

En la fase de producción, algunas variedades necesitan luz artificial para mejorar su floración y, en general, al ser transportadas precisan de camiones climatizados que les aseguren una determinada temperatura para no romper la cadena térmica.

En el caso de Overo, en sus hectáreas de margaritas tiene calefacción por agua caliente para mantenerlas. "Damos gracias a que lo hemos podido contar. Fuimos valientes y pedimos un préstamo ICO. Muchos otros de la zona han tenido que dejar el negocio", lamenta Overo.

Invernadero de flores de Lebrija.

Invernadero de flores de Lebrija. COAG.

Durante la pandemia de Covid-19, con la cancelación de las fiestas de primavera y los eventos sociales como bodas, bautizos y comuniones, muchos floricultores dejaron su negocio para optar por cultivar productos agroalimentarios y asegurar así la salida de la producción al mercado.

Unido a que mercados como Holanda demandan mucha flor cortada española y que sus precios son muy superiores a los del mercado nacional, propicia que la oferta de flores en España sea bastante menor a la de otras campañas. En esta campaña, se han reducido en un 50% las hectáreas dedicadas al cultivo de flores, según ha explicado a este periódico el responsable de la flor cortada de COAG, Luis Manuel Rivero.

Cada vez menos agua

La falta generalizada de precipitaciones es otro gran escollo para los productores de flor cortada. El epicentro del sector se encuentra en Chipiona (Cádiz), donde en sus mejores tiempos se disponían de hasta 1.200 hectáreas exclusivas para este tipo de producciones. 

Andalucía se encuentra en sequía extraordinaria desde noviembre y sus embalses estaban en la última semana al 29% de su capacidad, guardando un 10% menos de agua que en estas mismas fechas de hace un año.

Los productores de flor cortada se ven doblemente afectados por la falta de agua. Por un lado, no pueden almacenar agua si no llueve y, por otro, ven mermadas las dotaciones de las que pueden hacer uso. 

Por ejemplo, Overo cuenta con dos embalses propios en los que puede almacenar hasta 10.000 y 3.000 hectómetros cúbicos del agua que se va recogiendo en el tejado de su invernadero. "Estamos muy asustados, realmente no sabemos qué hacer si no llueve", explica el productor.

Una floristería

Una floristería Cedida.

En su caso, también cuenta con una dotación de agua de la comunidad de regantes de las Marismas de Lebrija. La concesión de agua varía anualmente y se reduce en tiempos de escasez: "El año pasado la redujeron un 50% y este año entendemos que va a ser mínima por la sequía".