Los trajes de flamenca colapsan las tintorerías: más del 50% de la facturación se da en primavera
Tras dos años con una caída del 80% del negocio, las lavanderías reflotan: "Tenemos más pedidos que antes de la pandemia".
10 mayo, 2022 03:49Noticias relacionadas
Los hoteles y la restauración no son los únicos que se han beneficiado de la vuelta de la Feria de Sevilla. Los trajes de flamenca están teniendo efectos colaterales en otros sectores: han colapsado las lavanderías y tintorerías.
Tras dos años nefastos con una caída del 80% de la facturación, el sector coge vuelo con "más pedidos que antes de la Covid-19". El trimestre de la primavera representa más del 50% de las ganancias de estas empresas.
"El boom de querer salir se ha notado, estamos desbordados de trabajo", explica a EL ESPAÑOL-Invertia María Ángeles Urquiza, la presidenta de la asociación andaluza que representa a más de un centenar de tintorerías.
Las tintorerías consultadas aseguran que irán entregando primero las prendas más urgentes. Los trajes que no vayan para El Rocío, así como las túnicas de nazareno, tendrán que esperar en su mayoría a junio, para poder dar salida a trajes de chaqueta o vestidos de bodas, bautizos y comuniones.
"Es una locura, siempre hay mucho movimiento en esta fecha, pero este año mucho más", explica a este medio Cristina, la dueña de Tintorería Garo. Para ella, la gran novedad ha sido que ha estado recibiendo entregas durante la Feria, una semana en la que habitualmente la clientela se centra en el disfrute y no acude hasta pasada la festividad a su negocio.
Triplican los plazos
Normalmente, ella entrega las prendas en unos cuatro días. "Nunca había tenido un plazo superior a diez días y ahora estoy dando fechas de más de dos semanas", reconoce. En su caso, ha doblado la plantilla, pasando de dos a cuatro empleados. Si tuviera la "infraestructura necesaria", no dudaría en contratar a más personal, pero no puede por falta de espacio.
Cristina ha estado durante un año y medio sola al frente del negocio, su empleada tuvo que acogerse a un ERTE por la falta de trabajo. "Solo nos nutrimos cuando la gente se lo pasa bien y el problema principal es la estacionalidad", explica.
Empleo estacional
Otra de las tintorerías consultadas ha sido la de León XIII: "tengo a siete clientes esperando, no puedo atenderos porque no me da tiempo ni a quitar la ropa". El empleado cree que el incremento de prendas "es bestial". "No puedo cifrarlo, pero te diría que un 2.000% más", bromea.
Las fiestas de primavera coinciden, además, con el cambio de armario y con otras celebraciones típicas de estos meses como son las comuniones. Este negocio se está convirtiendo cada vez más en una actividad estacional, aseguran desde la asociación andaluza.
Enero y febrero son unos meses de facturación "bajísima". Si se compara con mayo, "ahora tenemos un 70% más de trabajo", añade Urquiza. Precisa que "tienen que trabajar mucho en primavera para poder vivir el resto del año". El verano será tranquilo y no remontará hasta que se active de nuevo los meses previos a la Navidad.
A la pandemia se unió la caída del turismo y el teletrabajo, asegura la gerente de la tintorería A toda plancha, Eva María Esteban. En su caso, la facturación cayó alrededor de un 80% durante la pandemia, aunque la buena noticia es que ya la están recuperando.
Se buscan planchadores
Un escollo en el sector es la contratación de nuevo personal. "No tenemos planchadoras suficientes", aseguran desde Tylda, la asociación de tintorerías y lavanderías de Andalucía.
"No hay formación en este sentido, tenemos que formarles a la vez que pagamos la Seguridad Social y su sueldo como si ya fuesen profesionales", critica la presidenta de la asociación.
Su petición es que se pueda impartir una formación en tintorería y lavandería: "Hemos solicitado a todos los grupos parlamentarios formación para el gremio". De otro lado, también reclaman "flexibilidad en la contratación" para las temporadas de baja actividad.
Más allá de Andalucía, la actividad empieza a recuperarse tímidamente. Calculan que se ha recuperado el 40% del negocio previo a la pandemia, aunque ha habido un cambio de tendencia: "hay más teletrabajo y se viste más de sport", asegura a este periódico Manuel Úbeda, el vicepresidente de Tylea (tintorerías y lavanderías españolas asociadas).
Aumento de costes
A sus 65 años, es la tercera generación a cargo del negocio y nunca ha vivido una situación como la actual. "Ha subido la luz, los disolventes y el jabón", asegura. Lo explica con cifras: una tintorería media ha pasado de pagar unos 800 euros de factura de luz a alcanzar los 1.200 mensuales.
Otra gran subida ha sido la del percloroetileno, el disolvente con el que se limpian en seco las prendas: ahora cuesta un 55% más que en diciembre de 2021. Estas cifras unidas al envejecimiento de las plantillas y el auge de las lavanderías con moneda complican el futuro del sector. ¿Podrán los lunares y volantes salvarlo?