Solo siete personas conocen el secreto de la fabricación de los palillos de Castañuelas del Sur, la pyme sevillana que factura medio millón de euros y que permite repiquetear por todo el mundo a un instrumento que cabe en una funda de diez centímetros.
Fundada formalmente en 1982 por Juan y José Vela, dos hermanos que llevaban fabricando castañuelas desde los siete y nueve años. La empresa ahora está en manos de la segunda generación, que sigue elaborando de forma artesanal este instrumento.
Tardan unas dos horas y media en crear cada una de las castañuelas, que venden en unas 400 tiendas en España sobre todo, pero también en Grecia, Alemania, Argentina, Brasil, Estados Unidos y Japón, según ha explicado a EL ESPAÑOL-Invertia Mari Carmen Vela, artesana y una de las gerentes.
Precisamente Japón es una de las principales fuentes de ingresos de esta pyme y primer comprador en volumen. Preguntada por cómo consiguieron introducirse en el mercado nipón, Vela reconoce que "vinieron los japoneses a buscarlos a Sevilla".
En la pequeña tienda que tenían los fundadores un día apareció un empresario japonés que "hizo un pedido de tanto volumen que no tenían ni material para fabricarlo". En ese momento, el cliente se ofreció a abonar por adelantado todo el importe para que pudieran adquirir las materias primas de las castañuelas.
Así fue como nació una larga relación comercial con Iberia, una empresa que vende todo tipo de productos relacionados con el flamenco en un gran edificio en Tokio. En la actualidad han cerrado algunos contratos comerciales con otras empresas japonesas, pero ninguno de tanta importancia como ese.
Es tal la penetración del flamenco en la cultura nipona que este país cuenta con unas 600 academias de este baile con aproximadamente 50.000 estudiantes, mientras que los profesionales superan ya los 80.000, según datos facilitados por Extenda a este periódico.
Los palillos de esta pyme se pueden adquirir desde los 30 hasta los 260 euros, ya que cuentan con una gama profesional, semiprofesional e iniciación. Eso sí, el producto estrella son unas castañuelas de fibra negra veteada con rojo.
Se trata de unos palillos que pertenecen a la gama profesional, a los que se les puede poner una caja normal o doble (dos huecos en el interior), algo que aflamenqueará su sonido. Esta doble caja le hace versátil, pues sirve para muchos toques de flamenco y, es por ello, que es la más demandada en estudios de baile y en conservatorios.
También tienen una oferta específica de castañuelas para diferentes tipos de danzas como las jotas aragonesa, castellana, manchega, valenciana o asturiana. Es un producto que se puede adaptar a los gustos de cada artista, eliminando por ejemplo el pico de la corbata para que quien la use se sienta más cómodo o personalizando su interior.
Las castañuelas han dejado de ser tan utilizadas como hace unas décadas en ferias y romerías. "Ahora el cliente se ha profesionalizado, viene muy preparado y muy informado", asegura Vela.
Si bien antes las ventas se concentraban en las fiestas de primaveras, ahora el mes con mayor facturación es octubre, cuando arrancan los cursos de flamenco y palillos. También son relevantes las ventas en Navidad.
En cuanto a las preferencias de los clientes, hay de todo tipo. "Está quien se compra unas y le duran toda la vida. También quienes son fanáticos y tienen cinco o seis con diferentes materiales para un toque u otro o para un baile en el que necesitan un sonido concreto", detalla la artesana.
Escuchar antes de comprar
La pandemia de Covid-19 no ha ayudado tampoco. "Muchas tiendas tradicionales han cerrado sus negocios", explica. En cualquier caso, esperan que su facturación vuelva a rondar el medio millón de euros.
Pero el cierre de los negocios tradicionales se palia con la venta online. Para ello, cuentan con una fonoteca y el cliente puede escuchar el sonido de cada castañuela antes de adquirirla. También puede encontrar una guía sobre cómo debe medir sus manos antes de decantarse por una u otra talla. Los tiempos cambian, pero el sonido del sur sigue repiqueteando y tiene ecos por todo el mundo.