Las cadenas de suministro globales comienzan a dejar los problemas sufridos en el último año. La caída de la demanda como consecuencia del empeoramiento de la situación económica y la elevada inflación han permitido reducir los tiempos de entrega y los precios del transporte, aliviando los cuellos de botella que se registraban desde hace meses.

Así lo asegura en un informe la agencia de calificación crediticia Moody's tras analizar cerca de 40 indicadores macroeconómicos globales relacionados con la producción industrial, los pedidos, los inventarios, los costes del transporte, el mercado laboral o los precios de las materias primas y la energía. 

Según Moody's, la evolución de estos datos indica que los cuellos de botella que desde hace meses padecen las cadenas de suministro globales se están aliviando. No obstante, también advierte de que las tensiones a las que se enfrentan dichas cadenas siguen siendo mayores en comparación con la actividad previa a la pandemia.

Evolución de la demanda

El principal motivo de este respiro para el comercio global está en la reciente evolución de la demanda. Un cambio en el gasto de los ciudadanos hacia un consumo de bienes y servicios "más normal", unas condiciones financieras más complicadas y una inflación más alta están ralentizando la demanda y aliviando la presión sobre las cadenas de suministro.

De hecho, Moody’s prevé que se vaya cubriendo de forma gradual toda la demanda pendiente de aquellos bienes que se estaban viendo afectados por los problemas de suministro. Algo que además debería aliviar la presión sobre los precios y mejorar los niveles de inventario.

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Esta mejora del equilibrio entre la oferta y la demanda ya se está dejando notar de forma evidente en factores como unos tiempos de entrega más rápidos, una menor demanda de semiconductores y unos menores costes de los servicios de transporte a medida que se reduce la congestión de los puertos.

"Los plazos de entrega más cortos en Estados Unidos y en toda Europa están permitiendo a las empresas reabastecer el inventario y cumplir con los pedidos atrasados", subraya la agencia.

Semiconductores

Respecto a los semiconductores, uno de los productos donde mayores problemas de suministro se han registrado en los últimos meses, Moody’s añade que la escasez de chips es cada vez un problema menor, lo que supone una buena noticia para muchas industrias.

Unos menores plazos de entrega y una caída de la demanda global de tecnología se han traducido en un descenso de las exportaciones de semiconductores de Asia y una caída de los precios de los chips de memoria. "Esto ayudará a restaurar el equilibrio entre la oferta y la demanda", asegura.

Trabajadores en una sala limpia de la fabrica de semiconductores de la compañía estadounidense de chips SkyWater Technology en Bloomington (Estados Unidos) Reuters

Pero no sólo ha descendido la demanda de semiconductores, sino también la de bienes duraderos. El motivo, el empeoramiento de las condiciones financieras o un cambio en los patrones de gasto de los consumidores, factores que están ayudando a aliviar las presiones en las cadenas de suministro y llevarán a un descenso de los precios de los productos básicos.

A este respecto, la agencia agrega que, a pesar del descenso que registró la actividad manufactura en agosto en la gran mayoría de los países, algunos de los componentes de los PMI también sugieren que la producción de las fábricas supera los nuevos pedidos. "Los nuevos pedidos de exportaciones están cayendo con rapidez, lo que indica que el comercio global de bienes duraderos está comenzando a debilitarse", añade.

Plazos y costes del transporte

La caída de la demanda también se está viendo acompañada por un alivio en la congestión de los puertos y unos menores tiempos de tránsito de los bienes. Y, a su vez, todo ello está provocando un descenso de los precios del transporte.

De hecho, las tarifas de flete de contenedores se han hundido un 57% en comparación con los máximos registrados en septiembre de 2021. Pero, pese a este fuerte descenso, son todavía tres veces más altas que las que había en diciembre de 2019.

Un barco con contenedores en el puerto de Algeciras.

De hecho, si se comparan con los datos de principios de la Gran Recesión de 2008, los precios se han llegado a situar más de 20 veces por encima de los registrados en aquella época. Especialmente destacable fue la subida de las tarifas abonadas en los puertos de China e India, que alcanzaron niveles muy superiores incluso a las de los puertos de Europa o Estados Unidos. 

Para la agencia de calificación crediticia el descenso de los precios de transportar los contenedores va a suponer un alivio para las economías mundiales. "Reducir las tarifas de flete ayudará a enfriar la presión inflacionaria del lado de la oferta", asegura.

Problemas pendientes de resolver

Pese a esta mejoría generalizada de las cadenas de suministros, Moody’s advierte de que algunos de sus componentes aún no se han recuperado por completo de los problemas que padecen desde hace tiempo, como por ejemplo la fuerza laboral o los precios de la energía.

En el caso de los mercados laborales, sigue habiendo problemas a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, son más preocupantes en Europa que en Estados Unidos, ya que en el país norteamericano sí se ha reducido el número de puestos vacantes en los sectores relacionados con las cadenas de suministro.

Por el contrario, en la eurozona el sector informa de una "persistente" escasez de trabajadores, mientras que las cadenas de suministro en Reino Unido corren el riesgo de sufrir nuevas interrupciones debido a las continuas huelgas de trabajadores en múltiples puertos de contenedores.

El otro factor que sigue sin solucionarse es el de los precios de la energía. Y es que aunque los precios de los metales industriales y el petróleo han descendido, los del gas natural son "volátiles y elevados" en comparación con los niveles previos a la guerra en Ucrania tras la invasión rusa.

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Ejemplos de ello son la subida de más del 200% de los futuros del gas en el mercado TTF holandés desde el inicio del conflicto militar hasta situarse por encima de los 300 euros el megavatio hora (MWh) el 26 de agosto o el aumento de los precios del gas natural del índice Henry Hub desde los 4,59 dólares por millón de unidades térmicas británicas (mmbtu) del 23 de febrero hasta los 9,85 dólares del 22 de agosto.

En este contexto, Moody's advierte de que, aunque los precios de ambos índices han bajado desde finales de agosto, es probable que los precios de la energía continúen inyectando volatilidad en la tasa de inflación general de las distintas regiones, especialmente en Europa.