El aceite más internacional: la empresa que exporta del campo andaluz a más de 50 países

El apoyo de la entidad financiera a esta empresa forma parte del trabajo que Santander lleva realizando años a favor del sector agrícola: sólo en los primeros nueve meses del año 2022 ha financiado con más de de 3.200 millones de euros a sus 415.000 clientes agricultores y ganaderos que tiene en España. Más recientemente, dando un paso más en su apuesta por el sector agroalimentario, Santander ha lanzado el Fondo Agro Smart, una nueva vía de financiación para empresas agrícolas dotado con 500 millones de euros.

El comercio exterior de productos agrícolas sigue creciendo en España, pese al complejo contexto internacional en el que nos encontramos. El del aceite de oliva, precisamente, es uno de los sectores más rentables para nuestro país, pues la producción española de aceite supone el 70% del total en Europa y el 45% mundial.

El sector y sus empresas, ubicadas necesariamente en entornos rurales, son un importante motor no únicamente en términos económicos, sino también en lo social. Datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación estiman que cuenta con más de 350.000 agricultores dedicados al olivar y la industria aceitera generando unos 15.000 empleos. Para algunas zonas rurales es la principal actividad económica, y la que atrae empleo y población.

Una oportunidad en el mundo rural

Una de las principales protestas de los habitantes de las regiones de la España vaciada es la pérdida de población en las zonas rurales, especialmente de jóvenes, que prefieren los grandes núcleos urbanos. Esta es consecuencia directa de la concentración del empleo en las ciudades, pues solo un 15% de la población española vive en estos momentos en entornos rurales, y la tasa de personas menores de 35 años es únicamente del 35%.

Sin embargo, desde hace cinco años los pequeños municipios viven un ligero periodo de esperanza. Según un estudio elaborado por el Ministerio de Transición Ecológica, desde 2018 se han empadronado más de 222.000 personas en municipios de menos de 5.000 habitantes.

Muchos quieren regresar a sus raíces. O buscar oportunidades laborales en sus pueblos. Fue el caso de José Manuel López, hijo de Rosa López y cuarta generación de la familia al frente de Aires de Jaén, que se marchó a Madrid con 18 años para formarse y decidió volver al lugar que le vio nacer para desarrollar su carrera profesional: “Siempre tuve claro que quería volver a casa. Tengo muchos amigos que han apostado por el entorno rural y a un joven que tiene la oportunidad de hacerlo le diría que, si puede permitírselo, se forme y vuelva aquí”.

José Manuel es hoy una de las cabezas más visibles de la empresa, pues ocupa un puesto como responsable de Exportación de las zonas de Norteamérica, Latinoamérica y Golfo Pérsico. Es el presente y futuro de la compañía y también representa, en cierto modo, cómo el porvenir de las regiones rurales depende de las oportunidades que allí se generen para los más jóvenes.

Aires de Jaén es ejemplo de la importancia que tienen este tipo de proyectos vinculados al mundo rural. Tal como cuenta el director general de la empresa y tío de José Manuel, Matías López, “industrias de este tipo fijan población y ponen de manifiesto que existen otras alternativas, muy válidas, al desarrollo de las personas”.

Es un entorno en el que las virtudes resultan evidentes para quien lleva viviendo aquí toda la vida: “Es una manera de vivir que permite la conciliación, disfrutar de la naturaleza…”, comenta Matías. Para José Manuel, “la calidad de vida que hay en el campo y lo agradecido que es no tiene nada que ver con vivir en una gran ciudad”. El campo ha sido una opción ganadora para la familia López durante cuatro generaciones, un tiempo en el que su empresa ha contribuido tanto a nivel social como económico con el progreso de esta comarca de Jaén.

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