Hubo una época en la que jugar a pelota vasca en Madrid era algo muy normal. De hecho, llegó a haber hasta 30 frontones en la capital, pero solo uno tenía el apodo de ‘Vaticano’ por su capacidad y por estar abierto. Hablamos del Beti Jati. Inaugurado en abril de 1984, estuvo funcionando durante 25 años. Después pasó por toda una suerte de funcionalidades hasta que estuvo al borde de la ruina. Ahora un plan especial por fin parece devolverle a la vida.
Actualmente el edificio, ubicado en el número 7 de la calle del Marqués de Riscal, próxima al Paseo de la Castellana, se encuentra consolidado, pero es precisa una importante obra de rehabilitación y acondicionamiento para poder ponerlo en uso.
Desde el punto de vista urbanístico, el único uso actualmente permitido es el dotacional deportivo. Por este motivo, la Junta de Gobierno de la Ciudad de Madrid ha aprobado un plan especial para su protección que se encuentra ahora en consulta pública.
La idea es la mejora de sus condiciones a través de la ampliación de sus usos pormenorizados dotacionales, mediante la introducción del uso de equipamiento en sus categorías de cultural y educativo como uso en coexistencia, manteniendo como uso característico el deportivo singular.
Esta rehabilitación se estima que podría costar 13,1 millones de euros (sin IVA) en el caso de un frontón cubierto, y de 8 millones (sin IVA) en el caso de un frontón descubierto, según la memoria económica del plan. Esto se sumaría a lo ya invertido por el consistorio madrileño.
Cabe recordar que en 2015 el Frontón Beti Jai fue adquirido por expropiación para la ciudad de Madrid, con un coste de 30,5 millones de euros, en estado casi de ruina. Durante los años 2015-2019 se acometieron obras de consolidación estructural por parte del Área de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, por un importe de 8 millones. En total, 38,5 millones.
Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. El 27 de septiembre de 2017, el Pleno del Ayuntamiento aprobó definitivamente el Plan Especial para la mejora de los usos pormenorizados del Frontón Beti Jai. Pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, declaró la nulidad del Plan Especial.
Pelota vasca
Aunque el plan abre la posibilidad de dar también un uso cultural y educativo al espacio, el estudio económico realizado revive la idea de usar las instalaciones para su razón de ser: la pelota vasca.
Asociaciones y empresarios relacionados con los juegos de pelota han mostrado su interés ante el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, en la recuperación de este espacio para su puesta en valor con la posible realización del uso original para el que fue proyectado.
El aforo del Beti Jai, que supera los 3.000 espectadores, podría incorporar la instalación a la lista de los frontones en España por capacidad, por delante del recién inaugurado Navarra Arena y el Bizkaia de Bilbao.
Se parte de la hipótesis de que pudiera formar parte de los recintos que organicen los grandes acontecimientos anuales en el deporte de la pelota. Adicionalmente, existe la posibilidad de ser sede de juego de pelota en su faceta de ligas amateur.
Según la memoria económica, se calculan unos beneficios anuales netos de 840.000 euros, generados por la actividad de partidos profesionales de pelota, considerando 60 competiciones anuales, con un número medio de 1.000 espectadores en cada una, y un precio de entrada de 20 euros.
A estos ingresos por entradas se sumarían 600.000 euros por publicidad y apuestas, a los que habría que restar un gasto anual de 960.000 euros para organizar esta actividad.
Asimismo, el tipo de edificación del Beti-Jai permite organizar actividades culturales, recreativas y de ocio, como exposiciones, presentaciones culturales, conciertos u obras de teatro. De aquí podrían sacar un beneficio anual de 1.084.000 euros.
Otra hipótesis es la apertura de un restaurante y un bar cafetería. Para el primer caso, se estiman unos beneficios 500.000 euros, mientras que para el segundo ascenderían a una cifra cercana a los 100.000 euros anuales.
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Asimismo, se valora la opción de comercializar este espacio en condiciones similares a las que se están aplicando, por ejemplo, en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles.
Teniendo en cuenta las tarifas aplicadas para alquilar esta instalación y su superficie útil, el espacio de la cancha del frontón se podría autorizar por 25.000 euros al día para la organización de eventos de carácter cultural, corporativo o institucional.
Y de acuerdo con la información elaborada por la Dirección General de Deportes del Ayuntamiento, en la instalación se podría poner en funcionamiento una escuela de pelota. Otra alternativa es usar el frontón como lugar turístico. Pero ninguna de las dos actividades generaría beneficios relevantes.
Así, el estudio económico confirma que “la actuación prevista en el plan especial de ampliación de régimen de usos, sería rentable, pudiendo amortizarse el coste de la inversión en un periodo de 10-12 años y obtenerse más beneficios a partir de ese momento”.
Historia
El Frontón Beti Jai (siempre fiesta, en euskera) fue una instalación deportiva para el juego de pelota vasca, construida a iniciativa del empresario José Arana. Este encargó el proyecto al arquitecto Joaquín de Rucoba. La construcción iniciada en 1893 se inauguró en abril del año siguiente, como cuarto frontón en la ciudad de Madrid.
En la guerra civil sus instalaciones fueron reconvertidas en comisaría y durante los primeros años de la posguerra fue empleado como lugar de ensayo de bandas musicales vinculadas a la Falange Española.
A mediados del siglo XX, se vendió a la empresa Citroën, que lo utilizó como taller de reparación de vehículos, estando sin uso desde 1989. La cancha fue ocupada por edificaciones, se eliminó el graderío de la pista de pelota y se cerraron las galerías de la planta baja y primera con tabiques.
En 1997 fue comprado por la sociedad Frontón Jai Alai que pretendía su recuperación para uso deportivo. Posteriormente, la propiedad pasó a manos de la empresa Aguirene.
En 2010 el Ayuntamiento de Madrid inicia un proceso de expropiación que finalizó en 2015, año en el que pasa a propiedad municipal. En ese año, se inician, por parte del Ayuntamiento, las obras necesarias de consolidación y recuperación del Frontón Beti Jai, cuyo estado amenazaba con la ruina del monumento (declarado Bien de Interés Cultural) y la consiguiente pérdida de sus valores.
Estas obras finalizaron en 2019, y el frontón se encuentra recuperado, pero actualmente sin uso. Algo que el nuevo plan especial parece que cambiará.