Medio Ibex ha acudido al Palacio de la Zarzuela al almuerzo ofrecido este miércoles por la Casa Real en honor del presidente de Brasil, Lula da Silva, y la primera dama, Rosángela da Silva.
Las multinacionales españolas se juegan miles de millones de euros en Brasil, país que se ha convertido en el último reducto de las grandes inversiones en Latinoamérica, y en el que España figura como la segunda mayor nación inversora, tras Estados Unidos.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, el consejero delegado de Santander, Héctor Grisi, el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, y presidente de Mapfre, Antonio Huertas, así como Antonio Garamendi, presidente de la patronal empresarial, CEOE, han asistido al almuerzo, de acuerdo a fuentes consultadas por este periódico.
Francisco Reynés, presidente de Naturgy, uno de los invitados, finalmente no ha podido acudir. También estaba invitado al acto el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
Otros empresarios que han acudido al almuerzo han sido la presidenta y primera accionista de Prosegur, Helena Revoredo; la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor; el presidente de Gestamp, Francisco José Riberas; y el presidente de Estrella Galicia, Ignacio Rivera.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el líder de la oposición, Alberto Feijoo, las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz, la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batel, el presidente del Senado, Ander Gil, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, se encuentran entre los invitados al almuerzo, además de los líderes de los sindicatos CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez.
Decenas de miles de millones en juego
Tras las derivas populistas de los Gobiernos de López Obrador en México -mercado que acaba de abandonar Iberdrola- y de Cristina Kirchner en Argentina, con la crisis social y política que vive Perú, o el hundimiento de Venezuela, Brasil ha quedado como la última gran esperanza para la inversión española en Latinoamérica.
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Para Santander, Brasil se ha convertido en su primer mercado en el mundo, en el que el pasado año ganó 2.544 millones de euros, un 10% más que un año antes. Telefónica facturó 9.220 millones en Brasil en 2022, e Iberdrola recientemente ha comprometido una inversión de 5.300 millones de euros en el país hasta 2026.
La aseguradora Mapfre ingresó 4.851 millones de euros en Brasil en 2022, un 45% más que en 2021, habiéndose convertido en el principal motor de su negocio fuera de España.
El grupo Acciona está al frente de una de las mayores obras de infraestructuras que se están ejecutando en la actualidad en Latinoamérica, la construcción de la Línea 6 del Metro de Sao Paulo, con una longitud de más de 15 kilómetros y un coste previsto de unos 3.231 millones de euros.
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La multinacional española de componentes para el automóvil Gestamp, está presente en Brasil desde 1997, donde tiene siete fábricas y un centro de I+D. La compañía española de seguridad Prosegur ha apostado por Brasil en los últimos años con la adquisición de varias empresas del país, en el que se juega 20.741 millones de euros en litigios civiles y laborales, según las cuentas del grupo del año 2022.
El Gobierno de Lula afronta los efectos de una fuerte inflación y la inestabilidad política en una sociedad fuertemente fragmentada tras la reacción de seguidores de Jair Bolsonaro por la última derrota electoral.
Según datos de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, Brasil es el segundo destino de las exportaciones de España a Iberoamérica, con 3.066,9 millones de euros de ventas, solo por detrás de
México (4.871 millones de euros).
En el ránking que publica el Banco Central de Brasil por país del inversor inmediato, España figura como segundo país inversor, solo tras Estados Unidos. La mayor parte de la inversión directa ha ido destinada al sector de los servicios (57% del total), destacando la recepción de inversiones por el sector financiero, el sector comercial y el sector de energía.
De cara a 2023 las perspectivas de crecimiento de la economía brasileña de los principales organismos de previsión no superan el 1%.