"El fin de semana las empresas elevaron la queja", aseguran fuentes de la industria de Defensa consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia. "Es inexplicable que no vaya ninguna empresa española. Muchas de las que van son de países de la Unión Europea", lamentan.

La OTAN tiene previsto un encuentro este jueves con representantes de la industria de Defensa europea y estadounidense para valorar planes de producción de armamento. La ausencia en esa reunión de empresas españolas provocará que hoy la ministra Robles deje su silla vacía como protesta, considerando que se trata de un proceso poco transparente y que se ha organizado sin hacer las consultas pertinentes.

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La principal compañía española de Defensa, Indra, que participa en el desarrollo del Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS por sus siglas en inglés), el mayor programa iniciado en la industria europea con una inversión prevista de unos 100.000 millones de euros, no ha sido invitada a la reunión, confirmaron fuentes de la empresa.

"España debería contar con representación en esa reunión, no es posible que estemos enviando armamento a Ucrania y se nos excluya", señalan a este periódico fuentes del sector. "No es la primera vez que pasa. Desde fuera de España se ve muy poco lo que hacemos, y aquí tampoco se le da relevancia", se quejan.

Grupo seleccionado

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, explicó el miércoles que la reunión requiere de un formato pequeño y que en dicho encuentro no estarán presentes los 31 miembros de la Alianza. "Es un grupo seleccionado relativamente pequeño y hay aliados que no están representados. Así es como tienen que ser estos eventos", señaló.

"La empresa española de Defensa tiene que estar en un foro de la OTAN, es evidente", indica en una conversación con este periódico Juan Antonio Vázquez, secretario de Política Industrial de UGT FICA. "Cuando acuden a este tipo de reuniones, o a ferias, o a actos de este tipo, las empresas españolas muestran su valía... Hay que estar en esos foros para ganar envergadura", comenta.

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El Gobierno de Pedro Sánchez ha tratado durante la legislatura de crear en torno a Indra una gran compañía de defensa, impulsando la entrada de la multinacional presidida por Marc Murtra en el capital de otras empresas españolas del sector. 

La compañía vasca Sapa Plasencia y la madrileña Escribano han tomado participaciones en Indra y no descartan elevar su peso en los próximos meses. Y el grupo negocia la entrada en el capital del fabricante de motores empleados en la industria aeronáutica ITP, controlada por el fondo estadounidense Bain Capital.

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Además, Indra forma parte del núcleo duro de las compañías europeas de defensa involucradas en el desarrollo del Futuro Sistema de Combate Aéreo, junto con la francesa Dassault y el grupo Airbus.

A mediados del pasado año, Pedro Sánchez se comprometió con la OTAN a que España duplicaría esta década su gasto militar. Los esfuerzos realizados no deben haber sido suficientes como para que las empresas españolas fueran invitadas al encuentro de este jueves.