Bruselas

La Unión Europea obligará a los gigantes de la industria textil (como Zara, H&M, Primark o Shein) a pagar por los residuos que generan con el objetivo de poner fin a la 'moda rápida'. El importe de la contribución de los fabricantes se calculará en función del comportamiento medioambiental de la ropa y el calzado que produzcan, según figura en la directiva propuesta este miércoles por la Comisión de Ursula von der Leyen.

La norma todavía tiene que ser negociada y aprobada tanto por la Eurocámara como por los Gobiernos de los Veintisiete, por lo que podría sufrir cambios en su tramitación.

"La manera en que producimos y consumimos ropa es altamente insostenible. Sólo en la Unión Europea, tiramos cada año unos 5,8 millones de toneladas de productos textiles. Es decir, casi 11 kilos por persona", ha denunciado el vicepresidente ejecutivo de la Comisión y responsable del Pacto Verde Europeo, el holandés Frans Timmermans.

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La moda rápida "utiliza cantidades excesivas de agua y energía, perjudica a la naturaleza e impulsa las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo". "Por eso obligaremos a los productores a asumir una mayor responsabilidad por los residuos textiles generados. Las tasas recaudadas se utilizarán para impulsar los sectores de la reutilización y la reparación", explica Timmermans.

La norma impondrá por tanto un coste adicional a los productores e importadores que venden textiles en el mercado de la UE, que según admite Bruselas "podría repercutirse en los consumidores". Según los cálculos de la Comisión, el recargo representará aproximadamente el 0,6% del coste total del producto, equivalente a 12 céntimos por camiseta.

La tasa generará entre 3.500 y 4.500 millones de euros al año para inversiones en recogida, clasificación, reutilización y reciclaje de textiles. Las microempresas quedarán exentas de este pago. El Ejecutivo comunitario prevé que se creen 8.740 nuevos puestos de trabajo en el sector de la gestión y reciclaje de textiles.

En su propuesta de directiva, Bruselas propone introducir en todos los Estados miembros regímenes obligatorios y armonizados de responsabilidad ampliada del productor para los productos textiles, similares a los que ya existen para envases, baterías o equipos eléctricos y electrónicos.

Eso significa que los fabricantes cubrirán los costes de la gestión de los residuos textiles, lo que según la Comisión les ofrecerá incentivos para reducir los residuos y aumentar la circularidad de los productos textiles, diseñando mejores productos desde el principio. 

Con el dinero recaudado, los Estados miembros podrán financiar la puesta en práctica del requisito de recoger los productos textiles por separado del resto de basura a partir de 2025, que ya está establecido en la legislación vigente.

"Esta iniciativa impulsará las inversiones en la infraestructura de reutilización y reciclado de textiles, creará puestos de trabajo locales e impulsará la innovación en todas las fases del ciclo de vida de los textiles. También dará más posibilidades de ahorro a los ciudadanos que elijan la moda atemporal y vintage frente a la fast fashion", ha dicho el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius.