El presidente de Puig, Marc Puig, ha asegurado que una posible salida a Bolsa de la empresa podría evitar "dificultades" en el futuro relevo generacional, que en todo caso será, en sus palabras, durante la próxima década.
Puig ha explicado que en momentos de sucesión pueden "aparecer problemas para alcanzar el liderazgo o una pérdida de pasión" y que abrir el capital de la empresa a inversores externos lo puede evitar.
En sendas entrevistas a Financial Times y La Vanguardia este viernes recogidas por Europa Press, el directivo ha alertado de que las empresas familiares a veces pueden perder su posición en el mercado, "pueden empezar a morir lentamente y nadie dentro de la compañía se da cuenta", y que en cambio si tienen que responder ante los inversores es algo que se puede notar.
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En todo caso, ha asegurado que la salida a Bolsa es una de las diferentes opciones que la empresa está estudiando, que hasta el momento no se ha tomado ninguna decisión y que la familia Puig mantendría la mayoría del capital.
"Una opción podría ser abrir el capital y abrir el capital puede significar un accionista de capital privado, un accionista a mucho mayor largo plazo, o puede significar el mercado", ha dicho, y ha añadido que mantener la situación actual también es una opción.
Puig ha explicado que "las empresas líder en el mundo del lujo y la belleza 'prémium' normalmente están controladas por una familia" y ha puesto como ejemplo el grupo LVMH o L'Óreal, ambas cotizadas.
Ha apuntado que las marcas de lujo "requieren paciencia, mirada a largo plazo", algo que según él da una familia y que el mercado te hace mirar a corto plazo, lo que es, en sus palabras, un buen equilibrio.
Deuda
La empresa ha incrementado su deuda en los últimos años por la política de crecimiento inorgánico, aunque Puig ha explicado que su capacidad de hacer nuevas operaciones no se ve afectada y que la entrada de inversores no es una condición para seguir haciendo compras.
Ha añadido que la estrategia financiera es prudente, por lo que hay "menos flexibilidad ahora que la que había hace un año o dos", pero que siguen mirando el mercado.
"En nuestro sector, cuando tienes marcas fuertes y sanas como nosotros, tienes un margen de Ebitda alto, mucho efectivo y un gasto de capital relativamente pequeño", ha dicho.
A finales de 2022, la deuda del grupo era 1,6 veces el Ebitda de la empresa, que fue de 638 millones de euros.
Las perspectivas de la empresa para este año son superar los 4.000 millones de euros de facturación, tras alcanzar los 3.620 millones en 2022, un 40% más que en el año anterior.
El portfolio de Puig incluye marcas propias como Carolina Herrera, Rabanne, Jean Paul Gaultier, Dries Van Noten, Nina Ricci, Byredo, Penhaligon's, L'Artisan Parfumeur, Kama Ayurveda, Loto del Sur, Charlotte Tilbury, Uriage y Apivita, así como las licencias Comme des Garçons Parfums, Christian Louboutin, Benetton, Banderas perfumes, Adolfo Dominguez, entre otras.