Bruselas

La Comisión Europea ha dado luz verde este lunes a una ayuda pública de 902 millones de euros concedida por Alemania a la empresa sueca Northvolt para la construcción de una planta de producción de baterías para vehículos eléctricos en la ciudad de Heide. Sin esta subvención, Northvolt habría instalado su fábrica en Estados Unidos, acogiéndose al apoyo que ofrece la Ley de Reducción de la Inflación de Joe Biden.

Se trata de la primera vez que el Ejecutivo comunitario activa una de las principales disposiciones del nuevo Marco Temporal de Crisis y Transición en materia de ayudas públicas nacionales: aquella que permite a los Gobiernos europeos igualar los subsidios que ofrece Estados Unidos con el fin de frenar una fuga de empresas

"Esta ayuda alemana de 902 millones de euros es la primera que se aprueba para evitar que una inversión se desvíe fuera de Europa. Permite a Alemania apoyar la construcción de la planta de Northvolt de producción de baterías para vehículos eléctricos. Se trata de un paso importante para la electrificación del transporte en Europa, preservando al mismo tiempo la igualdad de condiciones en el mercado único", ha explicado la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager.

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A su lado ha comparecido el vicecanciller alemán Robert Habeck, de visita de trabajo en Bruselas, ha dicho que "necesitamos una industria más sólida para los nuevos sectores: semiconductores, baterías, electrolizadores, hidrógeno". Habeck justifica la ayuda por motivos de "seguridad económica", lo que significa que "necesitamos algunas partes de la producción industrial crítica del futuro en territorio europeo"

Tanto Habeck como Vestager han asegurado que la subvención de 902 millones es inferior a la ayuda que Estados Unidos había ofrecido a Northvolt para instalar allí su planta, aunque no han precisado la cifra. El vicecanciller alemán ha apelado a reforzar la colaboración con Washington para evitar una guerra de subsidios que acabe perjudicando a ambos bloques.

Habeck ha rechazado además de que el Gobierno de Berlín está abusando de su amplio margen presupuestario para atraer inversiones con ayudas públicas en detrimento de otros Estados miembros como Italia. "La auténtica competencia a la que nos enfrentamos no es entre Alemania e Italia o entre Dinamarca y Holanda o entre Hungría y Chequia. Es entre Europa y China y Estados Unidos", se ha justificado. 

La planta de Heide tendrá una capacidad anual de 60 GWh, que se traduce en entre 800.000 y un millón de vehículos eléctricos al año, dependiendo del tamaño de la batería. La fábrica comenzará a producir en 2026 y alcanzará su plena capacidad en 2029.

La ayuda de Alemania adoptará la forma de una subvención directa de 700 millones de euros y una garantía de 202 millones de euros. Bruselas la ha autorizado con el argumento de que está dirigida a un proyecto de inversión de importancia estratégica para la transición hacia una economía neta cero. 

Además, la empresa beneficiaria "se ha fijado el objetivo de construir la batería más respetuosa con el medio ambiente del mundo, que produzca significativamente menos emisiones de CO2 que otras empresas si se mide en términos de producción, incluido el reciclaje al final de su vida útil". 

La subvención tendrá "un impacto limitado en la competencia y el comercio dentro de la UE" y "no dará lugar a un exceso de capacidad en el mercado". Finalmente, la ayuda "es proporcionada y se limita al mínimo necesario para activar la inversión en Europa: no hace que la inversión en Alemania sea más rentable que la inversión en Estados Unidos", ha concluido Bruselas.