Junts per Catalunya sigue erre que erre. Si en el documento que firmaron PSOE y la formación independentista a principios de noviembre se recogía un punto que hacía mención al retorno de las empresas fugadas a causa del referéndum ilegal del 1-O, ahora lo ha vuelto a poner sobre la mesa.
"Se abordarán los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el regreso a Cataluña de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a otros territorios en los últimos años". Palabras que aparecían en el acuerdo de investidura antes reseñado.
Ahora, y para dar el visto bueno a los tres decretos anticrisis del Gobierno de Pedro Sánchez que se votarán mañana en el Congreso de los Diputados, Junts ha vuelto a reclamar que se sancione a las empresas que no quieran retornar su sede social a Cataluña. En concreto, piden que se aprueben incentivos fiscales para aquellas firmas que mantuvieron su sede y aquellas otras que decidan volver. Mientras que, para quienes no lo hagan, y continúen teniendo su centro operativo en Cataluña, sean multadas.
¿Cuántas empresas marcharon de Cataluña?
El goteo de huida de empresas de Cataluña comenzó antes del referéndum ilegal del 1-O de 2017. Así, en 2015, el saldo entre las empresas que entraron a Cataluña y las que salieron fue negativo en 275. Al año siguiente, llegó a 279, según Informa D&B.
Poniendo el foco en el año del procés (entonces Carles Puigdemont era presidente de la Generalitat), fueron 1.863 las empresas que abandonaron Cataluña, mientras que entraron 546. Es decir, una ecuación negativa en 1.317 empresas. En total, y durante los seis últimos años, Cataluña ha perdido más de 8.000 empresas cuyas ventas superaban los 56.000 millones de euros, según los datos recopilados por la empresa dedicada al suministro de información comercial, financiera, sectorial y de marketing.
¿Qué empresas pueden ser multadas?
Entre esas más de 8.000 empresas que corren el riesgo de ser multadas si no retornan las hay de todo tipo (banca, concesionarias de autopistas, textiles, biofarmacéuticas, gestoras de fondos, aseguradoras…) y tamaño. Su destino principal fue Madrid, aunque también eligieron la Comunidad Valenciana o Aragón.
Por ejemplo, y en el caso de la banca, la primera entidad que anunció su marcha (en su caso a Alicante), fue Banco Sabadell. No mucho tiempo después (cinco días), la otra gran entidad catalana, CaixaBank, anunció el cambio de su domicilio social a Valencia. Otras empresas del Ibex 35 que también hicieron lo propio fueron Gas Natural Fenosa, la concesionaria de autopistas Abertis e Inmobiliaria Colonial (todas ellas tomaron el ‘puente aéreo’ con destino Madrid).
Dentro del grupo de grandes empresas incluidas en el mercado de valores, en concreto en el mercado continuo, que también abandonaron Cataluña, está la que era líder del sector de las ITV en Cataluña: Applus.
Otros casos fueron los de una de las empresas textiles con más solera de Cataluña (Dogi), la histórica cementera catalana Cementos Molins, la empresa de reprografía digital Service Point Solutions, la biofarmacéutica Oryzon, o una de las grandes compañías de viajes online: Edreams.
¿Qué otras empresas emigraron?
Ya fuera del mercado de valores, nos encontramos con auténticos líderes dentro de su sector. Es el caso de la empresa de uno de los productos típicos de Cataluña, el cava: Codorníu. Su salto llegó hasta la localidad de Haro (La Rioja).
Otro gigante que cambió de aires, en este caso del mundo editorial y audiovisual, fue el Grupo Planeta. Mientras que en el sector asegurador, cambiaron de sede social Catalana Occidente, VidaCaixa, Divina Pastora Seguros (que trasladó a Valencia las filiales que tenía en Cataluña), y MGS Seguros (su destino fue Zaragoza). Sin olvidar a Allianz, Zurich, SegurCaixa Adeslas o AXA (a Bilbao).
En el caso de gestoras de fondos, EDM, Trea Asset Management y Gesiuris; volviendo a las entidades financieras, Banca Mediolanum; en el campo de la salud, DVD Dental, Invacare o Laboratorios Ordesa; en alimentación, Bimbo, Gallo, Idilia Foods (Cola Cao) o Cervezas San Miguel; y en turismo, la cadena hotelera Hotusa.
Una pequeña muestra de las más de 8.000 empresas que cambiaron de sede social tras la celebración del referéndum ilegal del 1-O. Grandes compañías que no estuvieron solas, sino acompañadas por un grupo numeroso de pymes y empresas familiares. ¿Volverán? ¿Lo harán para evitar la posible multa?