Bruselas

El consejo de administración del Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha aprobado este miércoles relajar sus propios requisitos internos con el objetivo de facilitar la financiación de la industria comunitaria de defensa. Su presidenta, Nadia Calviño, sostiene que con esta reforma se podrá acelerar el despliegue de los 6.000 millones de euros de su programa de seguridad, que incluye I+D, ciberseguridad o protección de infraestructuras críticas.

En la actualidad, el mandato del BEI le permite invertir en tecnologías de doble uso militar y civil (como los drones), pero excluye el armamento, la munición o la infraestructura militar. Lo que hace la reforma aprobada por el consejo de administración es únicamente flexibilizar la definición de tecnologías de doble uso.

En concreto, el BEI ha suprimido la exigencia, vigente hasta ahora, de que los proyectos de doble uso elegibles para financiación tengan que obtener más del 50% de sus ingresos esperados de los usos civiles. Eso significa que los proyectos e infraestructuras utilizados por el ejército o la policía que también atienden necesidades civiles podrán optar a la financiación del Grupo BEI. Ya no habrá un umbral mínimo de ingresos esperados de las aplicaciones civiles o de usuarios civiles.

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La institución dirigida por Calviño también actualiza sus normas para la financiación de las pymes de seguridad y defensa. También aquí el objetivo es que los bancos de los Estados miembros puedan abrir líneas de crédito específicas, respaldadas por el BEI, para proyectos de doble uso ejecutados por pymes y startups innovadoras.

Finalmente, el BEI ha creado una Oficina de Seguridad y Defensa, que proporciona una ventanilla única para inversiones en este sector y que está operativa desde el 1 de mayo de 2024. Ofrece apoyo financiero simplificado y asistencia de expertos con el fin de fortalecer las capacidades de seguridad y defensa de Europa.

Sin embargo, la mayoría de los Estados miembros ven insuficientes estos cambios. Alemania, Italia, Francia y Polonia ya han reclamado "explorar diferentes posibilidades que permitan al BEI invertir en actividades relacionadas con la defensa más allá de los actuales proyectos de doble uso".

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha propuesto aumentar la potencia de fuego del BEI -incrementando su capitalización- con el objetivo de que pueda financiar no sólo la industria de defensa sino también el resto de prioridades estratégicas de la UE, en particular la doble transición climática y digital.