La Comisión Europea ha impuesto este jueves una multa de 337,5 millones de euros al fabricante estadounidense de chocolates y galletas Mondelez -cuya cartera incluye marcas como Oreo, Milka, Toblerone o Côte d'Or- por restringir de forma ilegal las ventas desde los países miembros con precios más bajos hacia aquellos donde sus productos son más caros.
Bruselas sostiene que Mondelez aplicó estas restricciones al comercio transfronterizo dentro del mercado único con el objetivo de mantener los precios de sus productos artificialmente elevados. Las diferencias de precios entre los Estados miembros oscilan entre el 10% y el 40%, según ha explicado la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager.
El comportamiento de Mondelez supone un abuso de posición dominante y también vulnera la prohibición establecida por el Tratado de acuerdos entre empresas para restringir la competencia.
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"Los precios de los alimentos difieren entre los Estados miembros. El comercio transfronterizo entre los Estados miembros en el mercado interior puede hacer bajar los precios y aumentar la disponibilidad de productos para los consumidores. Esto es especialmente importante en tiempos de alta inflación", ha destacado Vestager.
"Mondelez limitó ilegalmente las ventas transfronterizas en toda la UE. Lo hizo para mantener más altos los precios de sus productos, en detrimento de los consumidores. Por lo tanto, le hemos impuesto una multa de 337,5 millones de euros", apunta la responsable de Competencia.
Las prácticas ilegales de Mondelez se prolongaron durante un largo periodo de tiempo, entre 2006 y 2020. Durante esos años, el gigante estadounidense impuso a sus distribuidores una serie de cláusulas que limitaban los territorios y los clientes a los que podían revender sus productos. Uno de los acuerdos incluía también una disposición que obligaba a los distribuidores a aplicar precios más altos a las exportaciones que a las ventas nacionales.
Mondelez también prohibió a 10 distribuidores exclusivos activos en determinados Estados miembros revender a clientes en otros países de la UE sin su permiso previo.
Además, el gigante estadounidense se negó a suministrar a un intermediario en Alemania con el fin de impedir la reventa de sus chocolates en los territorios de Austria, Bélgica, Bulgaria y Rumanía, donde los precios eran más altos.
También dejó de suministrar chocolates a Países Bajos con el fin de evitar su exportación a Bélgica, donde Mondelez vendía estos productos a precios más elevados.
Bruselas considera que estas prácticas ilegales de Mondelez impidieron a los comercios minoristas obtener productos de los Estados miembros con precios más bajos y fragmentaron artificialmente el mercado interior.
"El objetivo de Mondelez era evitar que el comercio transfronterizo condujera a descensos de precios en los países con precios más altos. Estas prácticas ilegales permitieron a Mondelez seguir cobrando más por sus productos, en detrimento de los consumidores finales de la UE", asegura el Ejecutivo comunitario.
No obstante, la Comisión ha tenido en cuenta el hecho de que Mondelez ha cooperado en la investigación y ha reconocido expresamente su responsabilidad en la vulneración de las reglas de la UE. Por eso le ha aplicado un descuento del 15% en el importe de la sanción.