El Bar Citroen en la actualidad.

El Bar Citroen en la actualidad. Cedida.

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El histórico Bar Citroen aprieta el paso para reabrir en enero

Los dueños quieren acelerar: aspiran a arrancar este otoño las obras de remodelación del recinto, cuyo coste ronda los 600.000 euros.

18 junio, 2024 07:52

La nueva vida que permitirá al Citroen cumplir los 100 años en activo se aproxima. El responsable de su renacimiento, Pablo Castilla, tiene una fecha marcada a rojo: enero, cuando se marca como objetivo abrir puertas tras un intenso otoño de obras.

Se hará una profunda remodelación del recinto, presupuestada en unos 600.000 euros, para poner a punto los 337 metros cuadrados del histórico pabellón, que tras 92 años de actividad echó el cierre en 2021. Ahora volverá a la vida con intención de rebasar un siglo de historia con un modelo de negocio completamente diferente.

Aunque para lograr todo eso, apunta Castilla a EL ESPAÑOL-Invertia, toca acelerar el paso durante este verano. El empresario, que ganó el concurso para explotar el local durante 16 años, espera solo a que le confirmen la licencia. "Va lento", expone entre risas, y por eso se disponen a "apretar".

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La idea es cerrar el último fleco este verano y empezar las obras en otoño para abrir en enero. "Eso sería un objetivo para mí ideal", lanza.

Almuerzo, cena y copas

Con la reapertura, el Citroen estrenará también concepto de negocio. Se unirá en el mismo espacio la posibilidad de comer, cenar y tomar copas sin tener que salir del recinto. Algo similar a lo que sucede con espacios como Maquiavelo, por ejemplo. Se trata de convertir este punto de referencia de la hostelería en un negocio más versátil. 

Lo que es cierto es que su apertura abrirá un nuevo periodo para un local que es casi centenario. Situado junto al Parque María Luisa, con casi 100 metros de terraza y 120 de zona para veladores, se convirtió en un codiciado caramelo en los años previos a la pandemia, cuando se empezó a barruntar que volvería a estar disponible.

Todo comenzó con un movimiento del Ayuntamiento de Sevilla, que inició un expediente de extinción de contrato al no haber margen legal de prórroga o de ajudicación directa, y quienes explotaban el negocio, los González, una familia de hosteleros que lo gestionó durante sus nueve primeras décadas de vida. 

Empezaba así un litigio que se extendió hasta 2021, cuando el Supremo movió la última ficha al no admitir el recurso de casación de los González. El local cerró puertas ese año y doce meses después salió a licitación, un proceso en el que resultó ganador el grupo Puerto de Cuba, que ha puesto al Citroen como primer hito en su plan de expansión conjunto con el Grupo La Raza.

La intención, subrayan desde el conglomerado empresarial, es que pese a la evidente facilidad de este recinto por contar con público turista, pase a volver a convertirse en un punto de referencia para los sevillanos. El precio también jugará un papel muy importante en ese objetivo, aunque se insiste en que la idea es que sea apto para todos los bolsillos. Aunque esté junto a la Plaza de España.