Un exoesqueleto robótico para volver a andar: la misión de una empresa barcelonesa

ABLE Human Motion desarrolla exoesqueletos que ayudan a recuperar la movilidad a personas que han sufrido una lesión medular, esclerosis múltiple o un ictus.

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Como ingeniero industrial, Alfons Carnicero siempre había querido dedicarse a la parte técnica dentro del mundo del deporte y el baloncesto. Sin embargo, en el último año de carrera, de un día para otro, su padre perdió la movilidad y el habla como consecuencia de un ictus. “Fue un shock muy grande y, en ese momento, yendo a rehabilitación con él, vi de cerca cómo era la tecnología que utilizaban. Desde entonces he querido crear tecnología para mejorar la vida de personas como mi padre”.

Dejó a un lado el deporte para especializarse en ingeniería biomédica y realizó una estancia en un hospital de neurorrehabilitación de Badalona. “Ahí vi muy de cerca a pacientes que han tenido una lesión medular, un ictus o padecen esclerosis múltiple y vi que las tecnologías que utilizaban no eran las más óptimas para esa terapia. Ahí nació la idea de la empresa”. Así, en 2018, Alfons, junto a Álex García, su compañero de la carrera, y Josep María Font, profesor de la Universidad Politécnica de Barcelona, fundaron ABLE Human Motion.

“Nuestra misión es democratizar los exoesqueletos robóticos. Estos dispositivos son como una especie de pantalón robótico que permite a personas con discapacidad recuperar la movilidad”, aclara Carnicero. Los exoesqueletos replican el movimiento natural de las piernas y se utilizan generalmente en hospitales y clínicas para la rehabilitación de personas con lesiones medulares, enfermedades neurodegenerativas o que han sufrido accidentes cerebrovasculares.

“El exoesqueleto más ligero y accesible”

Esta tecnología surgió hace más de 20 años en Estados Unidos, aunque es un campo en el que no ha habido grandes innovaciones en los últimos años. Los dispositivos continúan siendo muy pesados, muy costosos y llevan bastante tiempo de preparación para el paciente. La mayoría de exoesqueletos actuales, cuenta Carnicero, “pesan alrededor de 30 kilos y son difíciles de utilizar. Para ponérselo, una persona tarda unos 20 o 30 minutos y además son muy caros, valen alrededor de unos 150.000€”.

Estos tres puntos son los que han intentado transformar desde ABLE Human Motion, “para que muchas más personas con discapacidad tengan acceso a esta tecnología que podría cambiar sus vidas. Hemos trabajado esas características y hemos conseguido el exoesqueleto más ligero, el más rápido de poner y quitar y también el más accesible. Con esto lo que buscamos es que muchas más clínicas y centros, incluso los más pequeños y con menos recursos, puedan ofrecer esta terapia robótica que ha dado tan buenos resultados para muchos pacientes”, continúa Carnicero.

  • Exoesqueleto tradicional
  • Peso: 30 kilos
  • Tiempo de preparación: 20 minutos
  • Precio: 150.000€
  • Exoesqueleto ABLE
  • Peso: 17 kilos
  • Tiempo de preparación: 6 minutos
  • Precio: 80.000€
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En los cinco años que lleva en marcha la empresa, han realizado seis prototipos, “cada uno mejor que el anterior”. Para desarrollarlos han colaborado con más de 200 pacientes y 20 clínicas durante la etapa de diseño, con el objetivo de “crear juntos un producto que resuelva sus necesidades de la mejor forma posible. Los pacientes los probaban, nos decían lo que funcionaba, lo que no, hasta llegar al prototipo final, que es el que acabamos de lanzar al mercado y estamos empezando a comercializar”.

Sus clientes son hospitales, centros de rehabilitación y clínicas privadas. Hasta ahora, los exoesqueletos de ABLE Human Motion ya se utilizan en España, Alemania, Holanda e Italia. El robot permite a los pacientes ejercitar músculos y articulaciones y, en algunos casos, les ayuda a recuperar progresivamente la movilidad de una forma segura.

Explica Carnicero que, más allá de la rehabilitación, “en algunas fases más crónicas el paciente utiliza el dispositivo para poder salir unas horas de la silla de ruedas y hacer ejercicio físico de pie, con los beneficios para su salud general que eso conlleva. El hecho de estar de pie de nuevo, más allá del impacto que tiene en su salud, tiene un gran impacto también a nivel psicológico”.

Aunque por ahora estos robots se venden únicamente a hospitales y centros sanitarios, “en nuestra misión de querer democratizar la tecnología, estamos trabajando en un prototipo de uso personal, para que la persona que ha tenido una lesión medular o un ictus pueda comprárselo y utilizarlo en su día a día para mejorar su movilidad. Es un producto que esperamos lanzar dentro de dos años”, asegura el CEO y cofundador de ABLE Human Motion.

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Llamados a liderar un cambio en el sector

Como cualquier empresa que opera en el campo de la medicina, los mayores desafíos a los que se enfrentan son el tiempo y la financiación. Un proyecto como el de ABLE Human Motion conlleva un gran desarrollo técnico, se enfrenta a una compleja regulación y necesita realizar ensayos clínicos para certificar el producto, antes siquiera de empezar a facturar.

Un reto ha sido “conseguir financiación a largo plazo, que los inversores entendieran esos tiempos de desarrollo. En este caso han sido cinco años desde que se inició la idea hasta que ha habido un producto en el mercado”, resume Carcinero. Banco Sabadell fue uno de los primeros inversores que confió en el proyecto, participó en su primera ronda de inversión a través de BStartup, el servicio financiero del banco para startups, que apoya la empresa desde 2019. Además, la entidad también les ha proporcionado soporte a nivel de negocio: “Nos ha dado contactos con otros inversores, consultores y otras empresas que trabajan en la industria. Eso nos ha ayudado en las fases iniciales a saber qué hacer, a quién llamar y poder tirar para adelante con el proyecto”.

En estos cinco años, el crecimiento que ha visto el proyecto les permite mantener una perspectiva optimista. “Nuestro objetivo es implantar este primer producto de forma exitosa. Esperamos que de cara al año que viene ya pueda estar instalado en 20 clínicas de rehabilitación”, afirma el CEO de la compañía.

El siguiente hito en el horizonte de ABLE Human Motion sería lanzar su exoesqueleto de uso doméstico. Con ello, expresa Carnicero, “espero que el papel de ABLE sea el de liderar un cambio en el sector, que hasta ahora se ha centrado en poco volumen de mercado y altos precios. Nosotros estamos intentando cambiar esto y poder comercializar el dispositivo de uso personal por unos 30.000€ o 40.000€ como máximo, que sería muy diferente a todo lo que existe en el sector”.

El dispositivo, previsto para 2026, concluye Carnicero, “esperamos que sea una palanca de cambio para que las personas con discapacidad tengan una solución adicional a la silla de ruedas. Es decir, que tengan su silla pero, además, puedan tener un producto como el nuestro, que promueve su salud, su actividad física y su bienestar a nivel físico y emocional”.

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