Generar energía e impacto social positivo: cómo Naturgy se convierte en “uno más en el territorio”
En la concepción de los proyectos renovables de la energética hay un protagonismo claro de su modelo de relacionamiento social, que busca integrarse en la comunidad a todos los niveles.
En el diseño y la ejecución de los proyectos de plantas renovables uno de los factores clave, sino el que más, es su ubicación. Es simple: puesto que se trata de aprovechar la energía que nos brinda la naturaleza, este tipo de instalaciones ‘buscan’ aquellos lugares donde es posible maximizar la eficiencia del sol o del viento. Sin embargo, erigir un parque fotovoltaico o eólico también conlleva una serie de consideraciones y requisitos inevitables, como el desarrollo tecnológico, el cumplimiento de las normativas, la obtención de las autorizaciones administrativas, estudios medioambientales y, no menos importante, la relación de este tipo de construcciones con la comunidad donde se asientan, generalmente zonas más o menos despobladas o en parajes de gran valor natural y paisajístico.
Por eso Naturgy, referente de las energías renovables en España, tiene una amplia experiencia desarrollando proyectos en los que, al margen de los aspectos técnicos, trata de implicarse plenamente en las zonas en las que se ubican sus plantas generadoras desde diferentes puntos de vista, principalmente el medioambiental y el social. Es una filosofía que responde a lo que la compañía denomina ‘relacionamiento social’, un concepto que abarca toda la vida útil de la instalación y que, en base a la comunicación, el diálogo y el arraigo, busca crear valor a todos los niveles en este entorno más próximo.
“Se trata de ser uno más en el territorio”, resume Ana Ruiz, responsable de Desarrollo de Proyectos Renovables en Extremadura de Naturgy. “Es un modelo que lleva implantado ya muchos años en todos nuestros proyectos y ahora más, si cabe. Cuando llevamos a cabo un proyecto en un municipio, en una comunidad autónoma, no solo construimos y operamos, sino que queremos formar parte del territorio y ser un vecino más”.
Uno de los mejores ejemplos de esta política es el que representan los parques eólicos Merengue I y Merengue II que Naturgy tiene en el término municipal de Plasencia, en la provincia de Cáceres. El primero de estos complejos fue, de hecho, el pionero de sus características en Extremadura. Pero incluso con la novedad que supuso cuando inició sus operaciones en 2019, todo ese diseño y toda esa planificación aún tenía que pasar una reválida: la de integrarse en la comunidad donde se asienta.
Modelo de Relacionamiento Social de Naturgy
Estrategias sostenibles
Es un proceso que puede resultar delicado y generar alguna tensión. No ha sido ese el caso en Plasencia. En el caso de los aerogeneradores, además, existe cierta tendencia a considerarlos un elemento que afea el paisaje, más aún en un lugar tan imponente como esta zona. Por eso, como explica Milagros Villena, responsable de Medioambiente Negocio Renovables de Naturgy, todas estas cuestiones se tienen muy en cuenta: “Cuando venimos a implantar un proyecto a cualquier zona, eso tiene un impacto a nivel ambiental y social, por lo que intentamos estudiar todo lo que influye para que ese impacto sea positivo”.
“Cada comunidad autónoma, cada geografía, etc. tienen aspectos a mejorar o unas preocupaciones, y es ahí donde entramos nosotros. Normalmente se establecen una serie de medidas compensatorias, en cierto modo acordadas con la administración, y es donde trabajamos. Da la impresión de que en este tipo de proyectos, sobre todo en lo que a medioambiente se refiere, se percibe un impacto más negativo”, reconoce Villena, si bien al final se consigue revertir esta sensación, explica, “porque se inician otra serie de medidas o estrategias que ayudan a fomentar la biodiversidad de la zona”.
Cinco años después de su puesta en funcionamiento, la relación entre Plasencia y los parques eólicos de Naturgy es apacible y enriquecedora. Este proceso de asimilamiento se ha desarrollado con plena normalidad porque desde el primer momento se puso sobre la mesa toda la información que permitió a los placentinos despejar cualquier duda: “Explicamos cómo funciona nuestro proyecto a los vecinos del municipio en el que nos implantamos e impulsamos actividades para que asociaciones, colegios o universidades de la región conozcan la tecnología que estamos desarrollando. De hecho, Merengue es el parque eólico de la compañía más visitado de toda España”, señala Ana Ruiz. “Queremos llegar a la ciudadanía y que nuestros proyectos sean uno más durante todo este tiempo. No llegamos, construimos y nos olvidamos, no. Nos quedamos durante los 30 años que tiene de vida útil el proyecto”.
Este énfasis en subrayar su vocación de convertirse en uno más ha sido uno de los argumentos para que Merengue haya recibido el premio EOLO de la Asociación Empresarial Eólica a la Integración Rural, un galardón que reconoce esta filosofía y que también pone en valor el papel acelerador que los parques eólicos de Naturgy han tenido en la zona a todos los niveles.
Pastos a los pies de los gigantes
En lo económico, por ejemplo, antes de iniciar las obras hay que llegar a acuerdos con los propietarios de los terrenos sobre los que se asientan los aerogeneradores. La compañía los arrienda durante todo el período de actividad prevista, en este caso 30 años. Se trata, por tanto, de una garantía de continuidad para las personas de la zona pero es que, además, como señala Ruiz, “esto no quita que los propietarios puedan seguir utilizando ese terreno para otras actividades agrícolas o ganaderas”.
De hecho, durante la visita de EL ESPAÑOL a estas instalaciones, un rebaño de cabras llegó hasta los mismísimos pies de estos gigantes que abrazan el viento. Curiosas por la grabación, pero -lógicamente- aún con mayor interés en las briznas de hierba que alfombran estas colinas, fueron el mejor testimonio para comprobar cómo es el día a día de la convivencia entre los aerogeneradores y la naturaleza que los acoge. Y es más: el ejemplo de estos animales ayuda a entender cómo las soluciones medioambientales recurren en ocasiones a lo más simple. En este caso, tan fácil como el apetito para controlar la vegetación, algo clave en un territorio tan dado a los incendios forestales como es nuestro país.
Facilitar que esta actividad tradicional siga desarrollándose dentro de las instalaciones es una medida fácil y con efectos muy beneficiosos. Pero se trata de una más dentro del abanico de iniciativas que mantiene Naturgy en relación con el cuidado del medio y los recursos allí donde opera y en la que también se recurre a la tecnología de última generación para ganar en eficiencia. Algunas de las más espectaculares que la compañía ya tiene en uso en algunas de sus instalaciones son el uso de drones para el mantenimiento de líneas aéreas de alta tensión o el sistema Fire Detection, capaz de emitir alertas tempranas de fuego si detecta indicios del mismo en su área de influencia.
Tecnología anticolisión de última generación
En el ámbito de la innovación, Merengue también está dotado con tecnología muy avanzada que, más allá de sus aspectos operativos, ayuda a hacer frente a “uno de los principales desafíos que pueden llegar a tener las estaciones eólicas, la colisión de aves”, introduce Milagros Villena. Por eso, aquí se ha instalado un novedoso dispositivo que combina radar e inteligencia artificial para ‘monitorizar’ el vuelo de las aves y actuar de manera autónoma si estas se aproximan a los aerogeneradores más de la cuenta, llegando a detenerlos si es necesario. El sistema sigue la trayectoria de cada pájaro e incluso es capaz de usar cámaras que ubican visualmente al animal. Es hipnótico ver la precisión con la que funciona el mecanismo, para beneficio de la fauna, pero también de la compañía, que puede de esta manera incidir en un mantenimiento más eficiente.
En este privilegiado lugar, casi rozando el parque de Monfragüe, toda atención al ecosistema circundante es relevante. Por eso, entre los estudios previos, enumera Villena, “se incluyeron estudios de nidificación, censo de quirópteros, etc.”. La labor de Naturgy, por tanto, es proactiva en estos campos para reducir, compensar y mitigar sus emisiones, pero también para generar un impacto positivo alrededor.
Así funciona el radar anti-colisión de aves
El sistema monitoriza permanentemente el vuelo de las aves que se aproximan al perímetro de los aerogeneradores
Cuando el radar detecta un pájaro dentro en la zona de riesgo, establece un seguimiento visual
En caso de que se aproxime al aerogenerador y exista riesgo de impacto, se da la orden automática de detenerlo
La tecnología es un aliado inestimable para ello, y lo seguirá siendo en el futuro en todos los frentes. En lo sostenible ya estamos viendo cómo estas iniciativas tienen una incidencia real, pero en lo que atañe exclusivamente a la generación de energía, también: en apenas unos pocos años, los que distan de la puesta en operación de Merengue I y Merengue II, ya se ha dado un salto cualitativo en cuanto a aerogeneradores: si en el primero hay quince que producen 40 MW, en el segundo se consiguen 50 MW con solo once. Es decir, mayor eficiencia y menor impacto visual y paisajístico.
Estos criterios se replican en la cartera de proyectos de la compañía, sobre todo en los que ampliarán la producción en los próximos años también en Extremadura. Según Ana Ruiz, responsable de Desarrollo de Proyectos Renovables en Extremadura de Naturgy, ya “hay 300 megavatios en operación y otros 359 en construcción, así como numerosos proyectos en análisis para un desarrollo futuro”. Proyectos sostenibles, integradores y con una sensibilidad con el medioambiente y la sociedad que, en definitiva, remiten a la pretensión de “compartir, ser uno más y convivir con lo que hay” y ver “de qué forma se puede contribuir”.
#BuenaHuella es el proyecto de comunicación sostenible de Branded Content & Publicidad Nativa del grupo Naturgy para medir, reducir y neutralizar la huella de carbono en todos sus contenidos y campañas publicitarias. Se trata de una iniciativa que impulsa la protección ambiental, alineada con el compromiso de la empresa de promover prácticas sostenibles y de responsabilidad social.
Desde EL ESPAÑOL también queremos implicarnos activamente con esta filosofía y por eso hemos intentado maximizar las alternativas sostenibles en todo lo que tiene que ver con la elaboración de nuestros reportajes. Para este artículo, por ejemplo, hemos apostado por vehículos eléctricos e híbridos para acudir al lugar de grabación y, ya en redacción, hemos priorizado la eficiencia energética incidiendo en acortar todos los procesos de producción para reducir los consumos de todos los equipos implicados.
Son pequeños detalles que suman en esta tarea de reducir y mitigar nuestro impacto y que tienen mucho que ver con el espíritu de #BuenaHuella, motivarnos a todos para que, en la medida de nuestras posibilidades, ayudemos a mejorar el planeta.