
Imagen del VCR Dragón 8x8, blindado estrella de Defensa. E.E.
El Gobierno presiona a Indra para que compre Santa Bárbara y salve el 8x8, blindado estrella de Defensa
Los problemas detectados en el encaje de las transmisiones del VCR Dragón han levantado de nuevo todas las alarmas sobre la viabilidad del proyecto.
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El nuevo presidente de Indra, Ángel Escribano, ha destapado una de las claves de la reordenación que se avecina en la industria de defensa española. La empresa está interesada en la compra de algunos de los activos de Santa Bárbara en España, que están en manos de la norteamericana General Dynamics desde que se lo vendió la SEPI en 2001.
Más allá de una simple compraventa, el fundamento de la operación está en la presión que el Gobierno ha ejercido para salvar el programa del carro de combate 8x8, en el que están metidas ambas empresas junto a Sapa y Escribano en el consorcio Tess Defense.
La idea pasaría por garantizar que el nuevo carro se ensamblaría en la planta asturiana de Santa Bárbara, en Trubia.
Fuentes empresariales conocedoras de los detalles de la operación aseguran que sería el resultado de un recorte paulatino de la actividad de General Dynamics en el mercado español.
Ahora bien, todavía falta por determinar qué valoración se puede hacer ahora de Santa Bárbara, toda vez que se compró hace más de 20 años por apenas 5 millones de euros.
Santa Bárbara cuenta ahora con dos de las siete fábricas que llegaron a integrar el grupo en España (Asturias y Sevilla) y unos 900 trabajadores. Maneja una cartera de pedidos importante donde pesan mucho los más de 730 millones del contrato del 8x8, del que fabrica la carrocería blindada sobre la que se aplican las transmisiones de Sapa, el armamento de Escribano y la tecnología de comunicaciones de Indra.
Los sucesivos retrasos que ha tenido este programa desde que se puso en marcha en 2009, a iniciativa del Ministerio de Defensa, para la entrega de 348 vehículos por cerca de 2.000 millones de euros, le han servido para cosechar multas millonarias, ratificadas por la justicia.
La propia ministra de Defensa, Margarita Robles, ha reunido a los máximos responsables de las cuatro compañías implicadas en Tess Defense para apremiarles ante los incumplimientos de las entregas previstas.
De hecho, la presión del Ejecutivo hizo que se entregaran diez vehículos para hacer las pertinentes pruebas a primeros de este año, en las instalaciones de Santa Bárbara en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, a pesar de que algunos de los constructores advirtieran de que todavía no estaban del todo completos.
Ensamblar tecnologías
Desde un punto de vista puramente técnico, las fuentes consultadas alertan de la gran dificultad que ha sufrido este proyecto por intentar ensamblar las tecnologías de cuatro empresas tan distintas y que, en las más de dos décadas que ya dura su desarrollo, compiten de forma directa en otros segmentos del mercado.
Los problemas con el funcionamiento de las transmisiones de Sapa -en un vehículo de ocho ruedas- sobre la estructura de General Dynamics que aporta Santa Bárbara, han sido uno de los últimos escollos que se han planteado y que han hecho saltar de nuevo las alarmas.
La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, visitó Santa Bárbara para comprobar la llegada de los diez primeros vehículos, como parte de los 34 que deben entregarse este año. Cabe recordar que la previsión inicial era tener más de 90 ya el año pasado.
Fuentes cercanas al Ejecutivo no ocultan su preocupación por el desarrollo de un programa que está llamado a ser la punta de lanza en el gran paradigma de la industria de defensa española, en el nuevo contexto de financiación millonaria que se abre en Europa.
Sapa tuvo que recortar sus beneficios del año pasado en 2,7 millones de euros y dejarlos en apenas 140.000 euros para provisionar la parte que le correspondía de la multa impuesta al consorcio Tess Defense por los retrasos del 8x8.
Incluso acaba de incorporarse como responsable de Estrategia de la empresa guipuzcoana Raül Blanco, que fuera director general de Industria y presidente de Renfe, gran conocedor de los retos que tiene por delante la reindustrialización del país.

En octubre pasado Indra ya tomó la iniciativa y se hizo con la mayoría (51%) de Tess Defense tras comprar algo más de un 26% a los otros socios por 107 millones de euros. Las fuentes consultadas entre las empresas del sector aseguran que esa operación ya contó con una presión importante del Gobierno español, tanto para que Indra se pusiera al frente del proyecto, como para que General Dynamics accediera a ello.
General Dynamics, que preside en EEUU Phebe N. Novakovic, tiene su sede europea en España y cuenta con ser uno de los protagonistas del nuevo mercado de la defensa que se abre en Europa, aunque pueda producirse una venta de las dos fábricas de Santa Bárbara. Mantiene algo más del 16% en el consorcio Tess Defense y cuenta, entre otros contratos, con el del 8x8 para realizar su actividad.