Era previsible. El ‘caso Villarejo’ y la posible implicación del BBVA en la trama de escuchas ilegales copó la junta de accionistas del banco, celebrada este viernes en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Los ánimos estaban caldeados entre un nutrido grupo de accionistas, empleados representados por los sindicatos y asociaciones ávidos de conocer detalles sobre la marcha de las investigaciones en curso.
Carlos Torres evitó durante su discurso mencionar a Francisco González o a la grave crisis reputacional a la que se enfrenta el banco. Es más. El directivo dedicó buena parte de su intervención inicial a destacar el trabajo del banco para una sociedad más sostenible. Y otra buena para remarcar la labor y los valores de la entidad.
Los mayores aplausos de las intervenciones “oficiales” fueron, sin embargo, para el consejero delegado, Onur Genç que, pese a llevar pocos meses en España, hizo gala de sus avances con el idioma al pronunciar varias frases, destinadas a los empleados del banco, en un más que aprobado castellano.
Más allá de los números y las referencias al ‘caso Villarejo’, la gran sorpresa de la jornada la dio Luis del Rivero. El expresidente de Sacyr irrumpió en la junta para mostrar, alto y claro, su firme desaprobación con la gestión de Francisco González al frente de la entidad. Y aprovechó, además, para enviar un claro mensaje a la audiencia: “igual es la primera vez que lo oís, pero la operación recibió el visto bueno de 81 de las 82 familias fundadoras de BBVA”, aseguró en referencia al intento de asalto de Sacyr al banco.
“Cuando fuimos a ver al señor Solbes nos acompañó Santiago Ybarra”, asegura, en referencia al hermano mayor de Emilio Ybarra, expresidente del BBVA. El empresario murciano insistió en que “nunca se trató de una operación política”, recordando que “el Gobierno de Zapatero era inflexible, que en su primer día retiró las fuerzas españolas en Irak sin consultar a sus aliados, paralizó las obras del trasvase Tajo-Ebro y lanzó leyes tan conflictivas como la ley de memoria histórica”.
CRÍTICAS A LA GESTIÓN
Estas críticas se repitieron en la mayoría de la deceba de accionistas que ejercieron su derecho a pronunciarse en la junta. “Buenos días señor presidente, consejo de administración y sufridos accionistas”, comenzaba uno de los más críticos con la gestión del banco. “Todos los que entráis en el banco salís ‘forraos’ hasta arriba”, insistía en uno de los momentos más tensos de la junta, para terminar, el mismo accionista, deseando suerte al nuevo equipo directivo de la entidad.
“Nos preguntamos cómo han fallado tanto los controles internos ante noticias que vinculan a la entidad con pagos al Grupo Cenyt, el "Caso Villarejo" y el incendio del Edificio Windsor para evitar que salieran a la luz algunos documentos”, explicaba una de las accionistas con la intervención más larga de la jornada. “Parece una película de espías de la guerra fría, pero tiene visos de realidad”, sentenciaba.
Otra de las grandes peticiones que se repitió en las intervenciones fue la de que el banco volviese a confiar en Bilbao como centro de operaciones. “Madrid ha contaminado todo, los centros de decisiones tienen que volver aquí”, expresaba uno de los inversores presentes en la junta. “Si no, la siguiente junta será en Estambul –en referencia al origen turco de Onur Genç-, donde no se pueden solicitar documentos oficiales”, bromeó.
Por su parte, los sindicatos solicitaron que el bonus de Francisco González sea embargado hasta que se aclare la participación en las escuchas y, si las acusaciones son ciertas, que se revierta ese dinero en los trabajadores de la entidad. “No solo se trata de Villarejo, sino de la clientela afectada por las clausulas suelo, los gastos de formalización o las obligaciones subordinadas perpetuas”, insistían los representantes de Adicae.
Los intervinientes tampoco quisieron dejar pasar la oportunidad para criticar la forma en la que ‘FG’ ha dejado el banco, a través de una carta cuyo contenido difundió el jueves Europa Press. Incluso, con ironía, uno de los accionistas ha leído el texto con el que, a su juicio, debería haberse despedido el expresidente del banco. “Agradezco a Deloitte por acompañarme en los momentos difíciles, a los trabajadores su esfuerzo para dotarme de una pensión equivalente a la de 2.000 trabajadores, a los patriotas por financiar el desembarco en Turquía, a los accionistas y trabajadores por la paciencia con las inversiones fallidas, a los medios de comunicación por el tratamiento que han hecho, pero dejo todo atado y bien atado. Atentamente vuestro eterno presidente. Francisco González".