Todo preparado en el Queen Elizabeth II Centre de Londres para acoger el Investors Day del Banco Santander, en el que los directivos de la entidad se encargarán de desgranar su nuevo plan estratégico hasta 2021 ante un nutrido grupo de accionistas, fondos de inversión y analistas ansiosos de conocer los planes de la entidad.
No es una cita cualquiera. El banco llega al encuentro con con siete meses de retraso, después del frustrado fichaje de Andrea Orcel como nuevo consejero delegado, que obligó a la entidad a aplazar esta nueva hoja de ruta. El momento escogido para la presentación llega, al menos, en un buen momento en bolsa para el banco, que puede presumir de ser uno de los pocos que resiste en positivo este año con una revalorización del 7,5% tras dejarse, eso sí, un 27% en 2018.
Los directivos de la entidad confían en que los nuevos objetivos del plan estratégico actúen de catalizador de una acción que, pese al rebote de este año, no ha logrado recuperar los 5 euros desde que los perdió a finales de mayo de 2018. De momento, los analistas parecen optimistas con el valor. El consenso de Thomson Reuters otorga al Santander un precio objetivo de 5,09 euros, lo que supone un potencial alcista del 18% respecto a los 4,3 euros en los que la entidad cotiza actualmente.
Pero no es suficiente. Los inversores quieren ver objetivos claros de capital, márgenes y beneficios para mantener la tendencia alcista en bolsa. Y, más importante aún, qué plan tiene la compañía para lograr esas metas.
APUESTA POR LA TECNOLOGÍA… Y POR BRASIL
El Queen Elizabeth II Centre abrirá sus puertas a las 07.30h de la mañana (08.30 hora española) para acoger una jornada que se extenderá hasta las 12.30h, con las intervenciones de, entre otros, la presidenta del banco, Ana Botín, y su número dos, José Antonio Álvarez.
El encuentro tendrá un fuerte componente tecnológico. El objetivo de Botín es demostrar a los inversores el esfuerzo que la entidad lleva realizando desde hace meses para avanzar en su proceso de digitalización. Los fichajes con un fuerte perfil tecnológico y anuncios como el nuevo ‘bonus’ ligado a objetivos digitales, o el proceso de integración de sucursales tras la adquisición del Popular, son solo una muestra de la transformación hacia la que la banquera quiere dirigir la entidad.
De hecho, de todos los directivos que intervendrán en la conferencia, destaca la presencia de perfiles como el de Dirk Marzluf, vicepresidente global de operaciones y tecnología del banco. También acudirá el presidente de Openbank, Ezequiel Szafir, junto a Lindsey Argalas responsable de Tecnología Digital de la entidad, para hablar del papel de los chatbots en el futuro de la entidad.
El mensaje desde Santander será claro: ganar en rentabilidad a través de una digitalización que ya está dando sus frutos en el número de clientes vinculados del banco. Según aseguraba la propia Ana Botín en la última presentación de cuentas de la entidad, el número de clientes vinculados aumentó en 2018 en 2,6 millones, hasta 19,9 millones. “Estos clientes compran dos veces más por canales digitales”, indican desde el banco, que ya hace el 32% de todas sus ventas por estos canales.
“El modelo de negocio actual funciona, proporciona beneficios y capital, pero la cuestión clave es si soportará la transformación para adaptarse a la forma en la que las personas harán banca en los próximos 10 años”, indica Marco Troiano, responsable de calificación de Instituciones Financieras de Scope Ratings.
Sergio Rial, consejero delegado de Santander Brasil, será otro de los ponentes del Investor Day, demostrando la importancia que Ana Botín dará a la diversificación geográfica como protección ante un entorno adverso por los bajos tipos de interés. Brasil fue, precisamente, el país que más aportó a los resultados del Grupo en 2018. En concreto, el banco generó 2.605 millones de euros de beneficio en la región, un 26% del total.
Desde Scope Ratings indican además que la buena demanda de crédito en los mercados emergentes está compensando las perspectivas de crecimiento del volumen más modestas en Europa, en un entorno de tipos de interés en mínimos que se prolongará más allá de lo esperado. “Esto permite al grupo redistribuir de forma rentable, cuando sea necesario, el capital de las operaciones europeas generadoras de efectivo a las filiales de rápido crecimiento de los mercados emergentes”, explican. Así, la entidad intentará también minimizar las dudas que ha generado su exposición a Reino Unido en pleno proceso del Brexit.
MEJORAR LA RATIO DE CAPITAL
Analistas, fondos de inversión y accionistas del banco estarán especialmente atentos a los objetivos de capital establecidos en la nueva hoja de ruta hasta 2021. El Santander ya ha adelantado que prevé elevar su rentabilidad sobre capital tangible a entre el 13% y el 15%, desde el 11,7% actual. Del mismo modo, buscará alcanzar una ratio de capital de máxima calidad del 12%, desde el 11% establecido en el anterior plan estratégico (2016-2018).
La firma de análisis Jefferies, una de las más pesimistas en su valoración sobre el banco, recuerda en un reciente informe que, frente estos objetivos, la entidad sigue por debajo de la media del 12,5% que rondan sus pares europeos. Según los expertos, una de las fórmulas para mejorar todavía más la ratio sería la venta de ciertos activos, como el antiguo Soverign.
A pesar de que el Banco de España pide a las entidades mantener la ratio por encima del 12%, Ana Botín calificó las cifras de “superambiciosas”, evitando ligar su consecución a la evolución de la política de dividendos del grupo. Sin embargo, y como ya se ha comprobado, los planes del banco sí han variado su objetivo de repartir todo el dividendo en metálico este mismo año. La entidad seguirá apostando por el scrip dividend este 2019 con la idea de mantener un pay out del 40%-50%, lo que supone elevarlo desde el 30%-40% actual.
Los expertos coinciden en que, tanto en términos de capital como de dividendo, la clave estará en los movimientos que el banco anuncie para conseguir esos objetivos. De no anunciar planes concretos para alcanzar las metas, los analistas dudan de que este día marcado en rojo en el calendario del banco sirva para 'espolear' su valor en bolsa.