Sesión de más a menos, a mucho menos, para Deutsche Bank en bolsa. El primer banco comercial privado de Alemania amanecía con subidas del 3,9%, hasta 7,45 euros, en la apertura de la bolsa de Fráncfort, un día después de anunciar una reestructuración radical que le llevará a recortar 18.000 empleos. Sin embargo, los inversores empiezan a tomar conciencia de la difícil situación por la que atraviesa el banco y prefieren ver los toros desde la barrera. La salida de dinero del valor provoca caídas que han superado el 5,4%, dejando sus acciones en 6,79 euros.
El banco quiere dar un giro radical a su forma de hacer banca y para ello informó de que quiere acabar con uno de los negocios más lucrativos para la entidad antes de la crisis, la banca de inversión, que ahora abandona por falta de rentabilidad y en un intento de volver a sus raíces.
Con esta transformación, Deutsche Bank prevé mejorar los rendimientos para los accionistas y garantizar su crecimiento a largo plazo después de haber sufrido pérdidas desde 2014 durante tres años consecutivos.
La entidad tuvo en 2018 un beneficio neto atribuido de 267 millones de euros, pero prevé volver a las pérdidas durante este ejercicio.
Deutsche Bank espera reducir la banca de inversión y los costes en más de una cuarta parte hasta 2022.
El coste de la reducción de 18.000 empleos se cifra en 7.400 millones de euros, que Deutsche Bank pretende financiar sin una ampliación de capital.
El impacto de los costes de reestructuración para 2019 será de 5.100 millones de euros, 3.000 millones de euros en el segundo trimestre, cuando prevé unas pérdidas antes de impuestos de 500 millones de euros y netas de 2.800 millones de euros.
Deutsche Bank precisó que abandona el negocio de acciones y reduce la necesidad de capital en el negocio de renta fija, sobre todo la negociación con productos de tipos de interés.